Los octogenarios se nos
están subiendo a las barbas. Si no me creen, no tienen más que saber que en
Vigo dos ochentones hacen trastadas al amparo de la noche. No son gamberradas
de niños “tocapelotas”, sino 84 denuncias
interpuestas en los juzgados por más de mil rayaduras en coches aparcados. “El
rayacoches”- conocido también como “el palillero”, porque le dio por bloquear
las puertas de coches y negocios con palillos astillados -siempre ha pagado las
multas que le imponían por sus fechorías. Lo que nunca ha hecho, ha sido parar
de hacerlas. Le han increpado los vecinos afectados, ha habido guerra de paraguazos
(ya saben que en Galicia llueve), le han denunciado y seguido por las calles
para evitar males mayores, hasta que fiscalía le pidió 16.000 euros por
multirreincidencia y el anciano se dio a la fuga. Luego de preso, se le
quitaron los cargos para ingresarlo en unas dependencias de salud mental donde
lo tienen a la espera del informe
pertinente, para saber si es apto(o no) para ir a juicio. Su
estela marrón la ha recogido “el anciano trasnochador” porque este intrépido mayor
se dedicaba a partir el espejo retrovisor del coche que le daba la gana, armado
con un bastón(o muleta, que los testigos no saben bien discernir más que la
fuerza con la que empuñaba el arma). A
las cinco de la mañana- de ahí el apelativo de trasnochador- partió 18 espejos
retrovisores, sin que el pulso le temblara ni un ápice. Al ser avistado por la
policía, huyó del sitio del crimen rápido como una bala , teniéndolo que llevar
los agentes a un hospital de guardia(y no a Comisaría) porque se le salía el
corazón del pecho y creyeron que la espichaba. Ya ven qué plaga de ancianos
vandálicos estos” jubiletas” -que
ataviados con boinas y gabardinas -van sacando a los vecinos, no ya de sus
casillas, sino de sus camas. Es tu coche herramienta de trabajo y tu negocio,
tu pan, para que vengan estos ancestrales a darte por las nalgas en un derroche
de mala hostia. No me amilano en criticar , porque su mayor edad no les da
inteligencia sino canas, y los años cumplidos mal convivir, que no es pagar los
daños y volver a hacerlo mas que reincidencia de abuelo cebolleta que se quiere
salir con la suya. Ahora hay que esperar (con el alma en vilo) que el fantasma
de las navidades pasadas de Scrogge vuelva a las andadas, porque no saben si el
Juzgado lo ha soltado y cualquier día puede la historia volver a comenzar. Es
una mamonada de leche con fecha de caducidad, que no sé si mis gaditas tendrían
entrañas de aguantar. No se respeta demasiado la ancianidad. No se les cede el
sitio en el bus, ni se les deja opinar. Los viejos son trastos de desecho, la
mayoría de las veces…Lo mismo -por eso- están tan enfadados y se dedican a jorobar.
Para que les hagan caso, aunque sea para su mal.
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