Cinco años de dolor por
cinco años de condena. Esa es la pena impuesta por la Audiencia Provincial a
una madre toxicómana por prostituir a su hija con tan solo 8 años. La madre
consumía delante de la niña, compraba los estupefacientes con ella y traficaba
con su cuerpo- delante de ella- para conseguir dinero. Cuando
tenía 8 años debió pensar que a ese cuerpo pequeñito e indefenso se le podía
sacar rendimiento, así que la desnudó y la puso al servicio de sus clientes. Los Servicios
Sociales no se dieron por aludidos hasta dos años después. Imagínense, dos
eternos años después. Como solución mágica al problema, la enviaron
a una Residencia de lunes a viernes y el sábado y domingo los pasaba con su
abuela. En esa residencia ya manifestó que era “una puta desde que tenía 8
años”. Cuatro
años después volvió a convivir con su madre. Fue tan atroz la experiencia que
ella misma, ya con 13, acudió a Servicios Sociales, dándole entonces su tutela a Protección de
menores. NO
lo entiendo, saben. Sí, lo de que una toxicómana no puede ser una buena madre,
ni cuidar de sus hijos. No porque no quiera, sino porque es una enferma y no
puede. No entiendo que Servicios sociales no interviniese, ni que las alarmas
no saltaran para que una cría no tuviera que vivir en el horror de la prostitución
y las drogas por dos años seguidos. No entiendo cómo desde ese momento no se la
aparta de ese círculo vicioso, porque esa abuela a la que le conceden la
custodia de fines de semana no la salvó
de la quema. Tampoco la protegen Servicios sociales cuando vuelve con su madre,
que no ha cambiado y sigue drogándose y prostituyéndose. Sinceramente no
entiendo nada, más que la droga empobrece, mata y devalúa todo lo que toca. Ni
hijos, ni vida, nada, solo la ruina, la muerte y la desgracia, incluso para los
que más quieres. Si realmente los quieres, porque lo mismo solo son botín de biología,
porque parir lo hacen hasta los animales. Debería trazarse una línea indestructible
para separar lo que es la biología y la genética y lo que es ser madre y
cuidar. Tenía
solo 10 años, maldita sea!!!! No merecía que se la llevase a una Residencia por
no separarla de los vínculos familiares. No merecía estar encerrada porque solo
había cometido el fragante deliro de nacer en un mal hogar. Deberían haberse
afanado en buscarle casa, en proveerla de una familia que la hubiera entendido
para que cuando cumpliera los 18 le siguieran dando unos lazos reales de confort
, de seguridad , de libertad divina para buscarse un futuro digno donde la prostitución
y la droga no fueran carta de presentación. Han estropeado
una vida preciosa, por no importarles criaturas que son más que números en los
expedientes administrativos, carne de cañón de abogados de oficio y un juicio más
para letrados y personal de los juzgados .
La niña se hizo mujer con solo 8 años entre manos sucias de barro. Espero
que la vendiera bien, la madre amorosa. Lo único que lamento es que antes de
hacerlo no hubiera comprado la mejor droga para haber llegado al cielo de los
que venden carne de niña a cambio de heroína inyectada. No era su culpa, lo sé.
Era el lenguaje que hablaba, sexo a cambio de dinero porque la adicción tira y
se mete en los huesos, la sangre y la médula. La niña estaba sentenciada antes
de nacer. Niña muerta sin tener que ser abortada. Niña carroña, niña desposada
por viciosos sin escrúpulos que no son más que intermediarios del drama.
Mojones de camino sin asfaltar, guano sin compuestos orgánicos. Le han caído
cinco años a la toxicómana que fue madre biológica. Ninguno a los pederastas, a
la Administración, ni a los que miraron para otra parte, viendo entrar en la casa a esa ralea. Nadie le
devolverá nada de lo que le robaron , porque nunca le importó a nadie. Niña
robada en el tiempo de descuento, hija de la heroína y el asalto a la
inmediatez y el hastío. Una vez más hemos caído lo más bajo, para no
levantarnos jamás.
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