Mi padre se ha operado
de cataratas. Por lo privado. Es lo normal, si no quieres pasar por las listas
de esperas. Mi marido pasó por ellas y -en ese tiempo- la enfermedad siguió su
curso y se lo llevó a la tumba. La gente dice que era “su día”, pero no creo en
banalidades y si en hechos y estos son que si te atienden los mejores
profesionales- y a tiempo- te salvas de casi cualquier cosa. Mi
padre ha quedado mal…Ve borroso y siempre tiene rastros de sangre cerca de la
pupila como si le hubiera rascado el ojo “la Bestia”. No es mi padre de ir a
los Juzgados, pero debería porque si no ese profesional seguirá haciendo
estropicios. La
verdad es que- cuando enfermamos-estamos jodidos. La casualidad también hace su
función y como ya les dije, la Malora. Mi marido la tuvo, esperando para que le
operasen (un cáncer gravísimo) desde septiembre hasta enero, encontrándose su
cirujana -cuando por fin le abrió- con que estaban los ganglios linfáticos ya
tocados. La Sanidad pública no es lo que debería, pero la otra vaya usted a saber,
porque han caído en operaciones banales tantos o más que moscas con
insecticida, solo que no nos enteramos porque no interesa. Les contaré que
prefiero la pública para todo, pero hace unos años estando embarazada, empecé a
tener pérdidas y recurrí a lo que estaba más cerca, en este caso la concertada.
Me hicieron un legrado porque había perdido en embrión tras horas de angustias
donde me enchufaban a un ecógrafo para ver cómo la burbujita estaba
desinflándose. El legrado no fue mal, pero a la salida de quirófano me fui
entera de viaje adonde los muertes pacen para siempre. Sentí correr a mi
alrededor y cómo me metían algo en el pecho. Luego volví porque tenía cuatro
críos y muchas ganas de contárselo a ustedes. Pero pude no hacerlo, como tantos
otros que se fían incondicionalmente y no retornan al mundo de los vivos. No es
mala muerte, no crean, porque no te enteras de nada, no sufres como mi marido, ni
se despegan los dolores de cada suspiro como mi pobre Lourdes. Tampoco vas al
colegio casi gateando como Fany, ni ves el cuerpo desligarse de ti machacándote
por entero. No es mala muerte, si es elegida, pero si te caza en una operación
de estética es muerte negra que te roba todo lo que soñaste para cuando
despertases. La muerte duele, ya lo he dicho muchas veces. También la de mi
marido. Mis hijos- como aquellos familiares que ven en los juzgados la solución
a la pena- querían que lo llevásemos a juicio, pero se impuso- no la sensatez ,
ni el conocimiento de que es difícil probar que una persona ha muerto por
negligencia médica-sino el puro machaque que da el que te quiten lo que tanto
quieres. Ese es el problema, el querer vivir a toda costa y el que la Malora te
atrape por el cuello, dejándote seco en un hospital lleno a rebosar de todo lo
que te podía haber salvado la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario