Pelluz, el letrado de
los skin que son juzgados por una agresión, ha hecho unas manifestaciones que a
muchos han escarnecido, sobre la mendicidad, en términos inadecuados y
vejatorios. Pero , realmente si nos ponemos a pensar,¿ no somos todos nosotros
receptores de vejaciones sobre inmigrantes, homosexuales, desviados de la moral
mayoritaria o simplemente diferentes?. Y voy más allá, ¿no somos todos nosotros
conocedores de muchos que piensan como Pelluz , no solo en el tema de la mendicidad
, sino en muchas más cosas que se callan, no ya cuando una cámara les enfoca, sino cuando alguien , al que se están refiriendo,
se acerca?:
La nuestra , es una sociedad falsa, tanto que amigos de toda la vida se
apuñalan por la espalda y estrategias políticas, o familias mal avenidas, nos
las cruzamos , no ya en las altas esferas, portada de los diarios nacionales e
internacionales, que también, sino diariamente a la puerta de un colegio, en el
trabajo o cuando nos reunimos en torno a
la mesa por navidades. Conozco gente que se les llena la boca de
elogios, para acercarse en la foto a determinado colectivo o lobby poderoso, que
le puede ayudar en su carrera, para luego en petit comité y sabiéndote inmune a
ese “mal” , te sueltan una Pelluzada, de tres al cuarto, respecto a “no te
fies y ponles buena cara , que ya sabes
cómo es esto”.
En
política , ni les cuento, no hay más que leer prensa, porque hoy , para
desgracia de los ciudadanos , que los sufrimos en nuestras carnes, no se salva ni la caridad y en la iglesia, esa
piedra angular que levanta pasiones, no
hay más que ver los comentarios, léanlos por favor, por el habemus papam, que
católicos, venerados y con visado de misa diaria ,escriben, contando desde
dentro, barbaridades de los ungidos , escamoteados bajo un oportuno avatar. La
vida es una barca, pero no sabíamos que estábamos rodeados de tanta miseria, no
cuando muchas veces no sabes a dónde mirar, porque no ves puerto seguro por
ninguna parte y porque entre tus filas siempre hay un traidor que está
esperando, como el malvado de la película, que des un paso de lado y caigas ,
para saltarte al cuello.
No es Pelluz, criticable por
declarar lo que piensa, aunque lo que piense sea una basura, porque es preferible
saberlo, a que se quede estancado, pudriéndose oculto, sin que puedas hacer
nada, como pasa en las relaciones adulteras, en las amistades vendidas o en las
familias que se destruyen, por el dinero de una herencia.
Por
otro lado, hay muchos que piensan como él, no solo de los mendigos, sino de
muchas otras cosas, que después esa misma persona, que te las ha dicho,
sonriendo con el gesto de “dientes, dientes”, jurarían ante la Biblia, que son absolutamente
mentira. Pelluz tiene noventa años y
dice la barbaridad que piensa, los demás, nos peleamos, nos indignamos, o
intentamos apartar la basura, que muchas veces nos rodea. Otros babean, a
nuestro lado, mientras afilan el punzón, para clavárnoslo en la cabeza.
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