Gallardón
se enfrenta a los jueces y dice que les ha quitado días de asueto y sueldo de
extraordinaria y lo dice, muy sabiamente, porque ya solo faltaban ellos, los de
bata negra y escudo en la membretera ,por salir a la calle y soltar eslóganes ,
en esta España de marca blanca en la que no hay un día que no se levante un
indignado y se acuesten tres.
Las tasas impedirán que se colapsen los juzgados
porque no vamos a ir a juicio, no los que los pagamos por doble vía con
nuestros impuestos y ahora con nuestras tasas, imposibles de adelantar y perder sobre la ya hipotética hipótesis de
poder ganar un juicio.
No se reclamarán cantidades, ni derechos, ni sueños
imposibles , ahora , de ver la luz de la justicia , porque el que tiene paga y
el que no se eretiza, despidiéndose de su incentiva, yéndose sin su trabajo a
casa y viendo como su empresa le da la espalda por los simbólicos veinte días,
por año trabajado.
Veinte días y poco más van a cobrar los de Bankia, los
trabajadores, ya me entienden, que no sé que tendrían que ver en las
preferentes y el fiasco que han entramado entre muchos, pero seguro que ellos
no , que más que meros instrumentos de la mega catástrofe, poco les queda ahora más que encontrarse en
la calle con despido eretico y ver a sus antiguos compañeros agachar la cabeza
con sueldos recortados, por decisión empresarial.
Ahora , vida de tasa, se nos
da , con la oportunidad de decir la última
palabra que es sí o sí y si no, nos
vamos con la cabeza alta , pero sin seguro médico, con un paro que asusta, con
medidas que nos disparan los nervios y una pancarta que diga aquí va otro
parado de esos muchos millones que hay ya paseando su desgracia por casapuertas
manteras, basureros en cada contenedor y niños que se desmayan, a media mañana
en los colegios que Wert quiere catequizar con antiguos mandamientos.
Gallardón
está que se sale, no lo van a despedir, no lo van a desahuciar , lo único ,
quizás, que el cargo le apriete la corbata y no salga bien en portada del
último periódico que le quiera
entrevistar.
Lo has descrito muy bien, así es como estamos. Gallardón, en efecto, está que se sale. Si la corbata le aprieta no será por sus apuros sino porque le está engordando el ego hasta tal punto que se va a ahogar en su propia mismidad.
ResponderEliminarYo también me pregunto: ¿qué dirán de nosotros los que nos sigan? Quizá que no fuimos capaces de defender lo que habíamos heredado.
Te echaba de menos, amiga, me encanta tu invención de la "mismidad" creo que te la voy a robar para un nuevo artículo, porque tiene mucho tirón...ya te cuento.Un abrazo enorme y gracias por estar ahí, muchas veces con eso basta.
Eliminar¿cómo seguimos quietos? ¿cómo seguimos callados? Me temo que vamos a presenciar lo muhco que se puede demoler en cuatro años amparados en el dogma, de no hay otra opción.
ResponderEliminarNos dejamos llevar al matadero calladicos.
Un saludo
Estoy completamente de acuerdo contigo Pilar. Un abrazo muy fuerte para ti, amiga
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