Cada vez que un joven
se trunca, un ángel pierde las alas. Ya va por ahí siempre -desplumado y
cabizbajo- para que sirva de escarmiento a los novatos. Con “el
trinque” de los de la Ardila han caído unas pocas de alas, porque aunque se
veía venir, en el Cielo aun apostaban por ellos. Están 7 en prisión, 13 más
detenidos. Ojo al dato numerario porque tiene premio, que no hay como la numerología
para dar con el traste a un negocio en alza. Les explicaré el argumento de la
comedia para que no se me pierdan…Unos delincuentes habituales – jóvenes y nada
torpes- dieron con el negocio de su vida. En vez de robar, estafarían con un
tocomocho un poco más elaborado. El truco consistía en servirse del Wallapop y
la credulidad, a partes iguales. “El Walla” es una plataforma digital que te
instalas en el móvil por la que puedes vender lo que te dé la gana. Incluso lo
que nunca fue tuyo, como era en este caso. Haces fotos, lo expones y si te
entra algún vendedor, haces el trato. Solo que en estos tratos no había
mercancía que enviar, pero sí dinero que recaudar fraudulentamente. Me dirán
que cómo la gente se fía de hacer transferencias bancarias sin saber si le va a
llegar( o no) el producto y ahí vamos al “quid” de la cuestión que no es la
credulidad , sino el beneficio. El de los de las Ardilas ya lo sabemos… el 100
por cien del negocio porque no exponían más que su libertad en cuanto los
pillaran los de la Guardia civil, pero los incautos que creen en las gangas
eran la otra parte obligada de la ecuación final. Y es que hay gente que cree
que las gangas existen o quizás miran aprovecharse de la desgracia ajena,
porque no me digan que no es una desgracia necesitar vender una cosa y tener que
darla a muy bajo precio. Porque era eso lo que ocurría…los estafadores “vendían”
la cosa más deseada muy baratita y los peces
picaban como los metidos en una barrica de roble. Esta vez Caín no mató a
Abel, sino que se fue con sus amigachos a hoteles de lujo de Santi Petri
haciendo saltar las alarmas de las Fuerzas de seguridad que se conocen a estos ángeles
descarriados mejor que a su familia política. Les ha faltado aplomo- ya se lo
digo- y un buen guionista que les hubiera dicho que se desintoxicaran con la
pasta para cambiar de vida y en cambio
se han visto entre rejas y desplumados, nunca al nivel de la credulidad de sus víctimas.
Ya no habrá vuelta atrás, ni tiradas a piñón fijo más que en los “vis a vis”
con los abogados. Gestionarán el despropósito máximo que es ser listo y
enganchado, ejerciendo de jefe de cabecillas con el dinero a tropel, gracias a
fotos entusiastas en correos con paquetes inventados. ¡¡¡Qué mentes criminales
tenemos en la provincia, qué orgullo gaditano!!! .
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