
No hay como hacer porta
gayola a la actualidad para encogérsete el pecho. No hay silicona que empitone
la esperanza en esta humanidad que aceptaría como salida de emergencia la
venida de un meteoro. ¿Se imaginan a los dinosaurios mirando al cielo, mientras
les apedreaban? Nosotros miramos
internet, ese inframundo que no esconde nada de lo que la realidad nos
enmascara que no hay como relacionarse socialmente para sentir puñalada trapera
en mitad de la espalda. Somos césares andando sin
toga, con los genitales al viento como los exhibicionistas que transitan por la
vida aireando vergüenzas. Desvergüenza
nacional que se ha hecho TT porque nuestros padres de la patria se desdicen y
no van al cajón que en los argots políticos una vez que te empoltronan ya te
eternizas. Todos nos hemos hecho “bocachanclas”
y no pagamos (ni dejamos descansar), vivimos por encima de nuestras
posibilidades y les damos a los niños un bisturí para que se haga sitio en esta
jungla en la que pastamos. No
me extraña que algunos esperen la llegada del meteorito porque vivir mata.
Mucho más pensar, que es nada factible para convivir con la masa. La gente defeca obviedades, insulta con
verbigracia y todo sigue igual, dándole a la rueda más vuelo para que nos quepa
la ignorancia.
Pensar agota y vuelve loco, lo suficiente para que te den escopetazo en
la cara porque tu marido ha establecido que estás muy mal, después de convivir
60 gloriosos años contigo en los que le diste de todo menos una patada. Ahora,
muñeca rota, te vas sin decir ni pío con la cabeza destrozaba por una bala, que
era tu sino natural servir hasta que no pudieras hacerlo más. Luego escoba,
carreterita y manta que el otro también se ha matado, zanjando el asunto por lo
legal. No te quejes( en los estertores) que nadie te iba a mirar con los ojos
que él lo hacía. Nadie te va a enseñar unos genitales sin la gratuidad del
exhibicionista que se masturba delante de niños o esa panda de piojosos
reprimidos (de ideas y respeto) que da bebiditas mortales para dormir a las
niñas y hacerles la cama en una casapuerta. Qué
podemos esperar si nadie respeta una mierda, si el pensar está de más y la
gente se mata y engaña por cualquier tontería. Amigos de teta no se pueden ver
y despedazan sus corazas al menor traspié. La
carrera a ninguna parte ha comenzado, ya apuntan a nuestra latitud desde el
espacio exterior las fauces del cometa, su cola y su masa compacta en latines y
pesetas. Nos iremos al cajón, queramos( o no) porque nadie nació inmortal en
este planeta. Quizás solo perdure la estupidez que mata la inteligencia, la
sensatez y el buen hacer. Esa esperará hasta encontrar otro huésped de su
agrado, aunque me temo que tan entregados como nosotros le costará un genital
de masturbador asado a las brasas por los niños a los que enseñaba la peineta.
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