viernes, 1 de abril de 2016

EL NIÑO DE JAÉN

CONSTERNACIÓN. La Policía Nacional custodia la vivienda donde se produjeron los hechos, en la calle Buenavista, mientras trabajan los servicios funerarios.

Entró en su casa para pedir auxilio y salió, a los cinco minutos, en brazos de su padre casi muerto. No sé sabe qué pasó, pero se investiga, entre otras muchas posibilidades que fuera uno de los tres mil suicidios que se dan en nuestro país, cada año.                                             Los niños son fruta preciosa, pero difícil de manejar sin que se poche. Si no me creen, pregunten al pederasta que se nos escapó de las manos con 72 años, tipo abuelito venerable, y que seguía con sus andadas en Ámsterdam.  O al abuelo que en las afueras de un colegio, se resistió a los policías que intentaban mediar en una riña de niños de preescolar que se había ido de las manos. Y es que las manos ahorcan, ahogan y asfixian. Y son de alguien, tenga la edad que tenga, que se le llama jugar a tener muy mala baba y sin consecuencias penales, que no hay como ser menor en este país, para amenazar al Director de tu centro con que le prenderás fuego al colegio y luego salvarte a tiempo , con una expulsión prolongada. Es como Gran Hermano, la rueda de la vida, en manos de una quiromántica falseada, a los ritmos de los políticos tocándonos a todos las maracas.                                                                                                                               La gente está que trina, por eso se va de vacaciones y a la vuelta de Semana Santa no había más que embotellamientos y atascos en las carreteras. La gente se está animando a comprar porque los bancos venden lo que desahuciaron a  los que creyeron que la economía nunca caería y que se fueron con ella al retrete , de buscar trabajo sin encontrarlo. Esa casa perdida, medio pagada o incluso pagada casi del todo, ahora sale a buen precio, siendo botín codiciado por quién quiere casita a pie de playa , por poco dinero. La economía vuelve a rular y los políticos a negociar y a llevárselo calentito que los sillones son de piel y no de eskay sufridito.                                                                              Ha muerto un crío en Jaén y no iba al Instituto como el amenazador con los fuegos eternos, sino que estaba en Primaria y solo fue a jugar, pero regresó para morir en brazos de su padre, con signo del mismo ahogamiento que tenemos los que no sacamos resuello por mucho que abramos la boca. Al menos el abuelo político de Málaga puso el pendón bien alto y como al parecer era su amada, la abuela del niño de 4 años que era protagonista de la riña, la que comenzó la trifulca con los padres del otro, pues debe de estar congratulándose, hasta que tenga que asistir a la reunión del colegio y le pongan la cara colorada por darle tan malos ejemplos a los niños.                                                             Pero le dará igual, como al pederasta huido a Ámsterdam, porque hay algunos que les repampinfla todo, los tres mil suicidios al año, el cambio climático, las riñas de los niños de preescolar o los ahogamientos investigados.

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