Estamos un poco ajados y no se nos va con la lejía
sino que empeora, trapos viejos que nos duele la mandíbula de tan poco reír. No
nos entiende nadie porque deliramos, que es la forma culta de decir que no se
nos hilvanan las ideas al poco pelo. Podemos o no, decir que estamos mejor que
antaño, podemos o no, ver las encuestas como ganadoras de urnas, pero en
Cataluña se debaten a impulsos de pétalos de margarita. No nos entienden
nuestros afines, pero sí nuestros contrarios que no tienen inteligencia
emocional sino que desgranan nuestros versos, los machacan en el mortero y se
hacen collares con ellos. Teresa salió delgada y nos hizo admirar, perras que
somos, no la valentía de superar una enfermedad mortal y sin cura, sino el
haber rescatado pómulos y huesos pélvicos en una anatomía, en otro tiempo
carnosa. Vemos las noticias y se nos antojan pasadas, fútiles y esquivas en un
mundo que se recicla y donde los machismos y las machadas están a la vuelta de
la esquina. Los de Isis nos revierten a tiempos pasados, a hombres que no lo
eran y que asolan nuestros pueblos con cuchillos, manos abrazadoras de cuellos
y coches que pasar por encima de mujeres
, que hacen lo que les da la gana. Los corruptos siempre los ha habido solo que
ahora pisan cárcel y no se llaman Don , ni se sacan los campesinos la gorra
cuando pasan a su lado. La política sigue su curso en un polvorín inestable
como es nuestra vieja piel de cuero engomado por el betún , la manteca colorá y
el espetec. Síndrome confusional que Dios nos ha dado para hacernos perder la
chaveta, para salir en procesión de defraudadores, de politimetres y gentuza
que salen en las portadas de los periódicos como si fueran víctimas de la
barbarie. Justicia que nos da los buenos días y las buenas tardes, sin medios y
por politizar que se aprecia mucho lo que discierne, controla y limita, por el
daño que le hace a los que no quieren ser discernidos, ni controlados ni
limitados. Los políticos se reciclan y los partidos también, saliendo de las
redes tan confusas que te hacen ver el amor de tu vida en alguien que ni existe
ni es. Desvocadores de voluntades, millonarios de lágrimas ajenas, sufridores
sin agujetas a la espalda, que ahora los contratos a dos horas semanales, te
quitan del paro y te dan el hambre. Deliramos y nos quejamos, votamos y no nos
representan, nos vociferan y chillamos a las puertas del Parlamento , porque
nos amasan como al pan antes de meternos la levadura en las entrañas , para que
levitemos y en el horno nos quememos, dorándonos, dejando buena cara en la masa
madre. Estamos un poco ajados, un mucho viejos, nos dicen que no nos cuidamos,
que no trabajamos por nosotros y tienen toda la razón que les falta a los
politicastros, porque tenemos los ovarios como dos castañuelas
Tiene que llover, nena, tiene que llover. A cántaros. Lo acabo de colgar hablando casi de lo mismo pero me temo, ay, que no tan bien como tú.
ResponderEliminarBesos.
Te echaba de menos, prima.
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