Pluriofensiva fue la
conducta del falso cura de Bárcenas, según la sentencia del tribunal que lo
juzgó y a pesar de considerarlo alterado psíquicamente, le ensartan la venia de
22 años , que cumplirá de piñón. Lo
mismo hubiera sido mejor idea , si quería llamar la atención o hacer una
chaladería, meterse en un coche de alquiler y atropellar a un desgraciado, porque el Tribunal Supremo absolvió en el 2011
, a un conductor que mató a dos personas y causó heridas a otras cuatro ,
mientras conducía en sentido contrario en la autovía A-6 , a su paso por
Valladolid, ordenando -así mismo- que el sentenciado ingresara en un centro
psiquiátrico durante 15 años. La Sala de lo Penal del Supremo resolvía así –ya
les cuento-el recurso que interpuso la familia de uno de los fallecidos ,
contra la resolución de la Audiencia Provincial de Valladolid que absolvió al
acusado y ordenó su internamiento en un centro psiquiátrico durante cuatro
años. No
es el único caso -no se crean- porque Farruquito o el mismo Ortega Cano , por
la muerte de un peatón , fueron sentenciados, el primero a 16 meses y el
segundo , a dos años, que ha empezado a cumplir ahora. Hay
mucha crítica manipulada, que dice que la inviolabilidad de tu casa hay que
protegerla con estas penas carcelarias, que, por lo visto, no son igualmente
bien vistas a la hora de defender la vida del que camina o el que conduce, como
Parra, sin estar ebrio , ni acelerado, en el sentido normal de su camino. Los ciudadanos
– con estas cuitas- andamos requemados y con los cuernos embolados , como en
los festejos taurinos , apaleados y maltrechos, con la cornamenta enhiesta,
pero las ganas vivas, de tirarnos al río y ahogarnos en la miseria, de decirnos
que “dime quién eres y te diré qué pena tienes”. Se está convirtiendo este país
en un circo y no tiene que decirlo el fiscal general , porque ya los curritos ,
que amasamos los días con los callos de nuestras manos, los que ponemos las
piedras para el camino de ellos, de los poderosos que se ríen en nuestra cara,
estamos más que hartos de inmundicia, de mentiras, de sobornos y chiquiflautas,
que se quedan con nuestro dinero, no van
a prisión y encima se jactan de ello. También estamos más que
hartos de gente que medra sin importarle nada, porque nunca le importó nada más
que vocear y buscan excusas, en lo que sea, con tal de reflotar , el poco
mérito que les queda. Y
los africanos siguen entrando, saltando vallas, y no entendemos por qué , cuando no hay
sanidad universal, ni trabajo y los sensatos quieren salir apelotonados a otra
civilización, que sea más civilizada y correcta que ésta, donde se viola a una
niña de ocho años, se le destroza la vida y el sentenciado no huele prisión.
Doliéndonos en el alma, que fuera porque no tiene apellidos ilustre , ni es la
mujer de un defraudador o un traidor a su partido o un presunto levantador de
faldas ,muy bien agarradas por el dobladillo, de alguien que ha metido basura, que no
quieren ventilar. ¡Asco
de gentuza aprovechada!, ¡pena de nosotros!... que nos tenemos que tragar todo y
seguimos sin rebelarnos, porque tenemos el coche aparcado a la puerta y no
queremos que nos lo quemen si hay revueltas, ni perder un trabajo de tres al cuarto
, por decir a verdad. Que al final –la verdad, la honorabilidad-está
sobrevalorada y huele mal, por el veje que le han hecho, a podrido de
alcantarillas, a despachos enlatados, a togas apolilladas y a locos de indultos
, que se dan por graciedad. Habrá
que hacerse delincuente de cuello blanco, sacar destajo de la tropelía, o
corromper y defraudar, porque la inviolabilidad del domicilio, de un profeta de
la presunción, no se puede cuestionar, que vestir hábitos y no ejercerlos,
cuesta pena de encarcelar.
Más allá de la dureza de la pena, básicamente por darle un susto a un grupo de personas, me tiene totalmente anonadada el tiempo transcurrido entre el hecho y la condena, sobre todo si lo comparamos con el tiempo que llevamos con el caso Gurtel/Bárcenas/PP a cuestas para que acabe, si es que acaba, con unas penas que searán ridículas en comparación.
ResponderEliminarMe paro y pienso en qué momento nos hemos perdido el respeto y realmente no lo recuerdo,
Un saludo
un enorme abrazo para ti, amiga mía
ResponderEliminarIba a decir cuatro bobadas al respecto pero he leído antes lo que ha dejado dicho Pilar y no se me ocurre nada que esté a la altura. Nos han perdido el respeto, nos hemos callado y saben que pueden hacer lo que quieran porque juegan en campo propio después de haber impuesto sus normas. Nosotros, entretanto, callados. Por si acaso.
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