Sé que hay muchos que
dicen que esto es temporal, porque puede ser cosa de lo que como o del estado
de ánimo. Por otra parte hay decenas a los que les pasa lo mismo que a mí , lo
único que nos diferencia es que ellos se callan , como con las hemorroides , para
salir bien en la foto. No pienso ladear el culo y sufrirlo en silencio, no
pienso callarme la boca y aguantar , porque de aquellos lodos estos barros , que
ahora hacen que no se me suba. En el fondo, yo sé lo que me pasa, como lo saben
las separadas a las que el necio no les ingresa la pensión y se llevan
cabeceando y despotricando, con razón, al lado del banco o caja de ahorro ,
donde tiene que hacer efectivas sus obligaciones, el supuesto padre. Es el
ritmo marcado, los pasos cambiados y la luz mortecina del día que es igual al
otro, lo que hacen que no se me suba y esté entre alicaída y profesa a un mal
sueño , en que se ha convertido nuestro presente. Me acuerdo de los viejos , de
los idos y eso me refuerza en la idea de que jamás volveré a ser esa chica que
empezó Derecho y que vestía de rosa palo , porque la vida era igual de falsa
que un cuento de hadas plastificado , para que si le vomitan los niños encima,
la papilla , se pueda a volver a usar. Lo mismo siempre fue así y nunca se me
ha subido más que en esporádicas ocasiones, como cuando siento reír a mis hijos
o cuando mi sombra me acuna entre sus brazos , para que no me desvele. Lo mismo
siempre he sido como el de crepúsculo, un vampiro idiota y trasmutado en
romance ingente, para que nadie me lea y me declinen por la Esteban que habla
de polvos y corridas , sin plaza por medio. Pero no entraré en el desbarre , porque
lo mismo se me sube y ya he perdido la conciencia de lo que era tenerla
levantada y lo mismo me duele o me pesa , después , cuando la cosa decaiga.
Mientras seguiré con mi vida, con mis pocos sueños y con la letanía
interminable de esa senda compartida , como la de Moisés, que tenía como yo familia numerosa , pero más y que los llevaba de excursión , pero sin
aviones , ni furgoneta por medio. Lo mismo es el laicismo que hace que le
explique a mi hijo de siete años, que el dios de la luna que pesca hombres según
él , no es más que el logotipo de un tío con ingenio que se llama Spielberg ,
para a renglón seguido darme cuenta de que lo mismo tiene razón mi hijo y sí
que es un dios , porque hace que los sueños se conviertan en películas , dándole
encima en el proceso, beneficios a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario