viernes, 20 de septiembre de 2013

LOS MÉDICOS DE LA PESTE


Se tapan la cara con una máscara de pico de ave, desde cuyo interior solo pueden oler perfumes, para paliar la fetidez que les causamos los apestados. La máscara tiene en las cuencas que representan los ojos, lentes de cristal rojo que les impermeabilizan del mal contagio. Portan negra bandera , luciendo un abrigo de cuero enterizo, rematado en sombrero de ala ancha y sendos guantes. En la mano derecha, llevan un palo blanco rematado por un reloj de arena, alado, para zarandearnos con él, sin tener que tocarnos. Son la muerte negra que asola Europa, el paro, la desolación y la indiferencia, de altos mandatarios que nos miran con desprecio y asco , porque no producimos lo bastante para darles beneficio o no gastamos lo bastante, de lo poco que ganamos, en comprar sus productos y enriquecerlos, aún más.                                                                                  Nos hemos convertido en el caballo de “rebelión en la granja” y aunque damos coces , porque tenemos el cuerpo molido a palos, y ya nos cansa, aún soportamos estoicamente el peso de la carga que se nos ha impuesto, más que nada , porque no sabemos qué otra cosa hacer , para salir del laberinto del fauno.                                                                            Están entre nosotros y no nos hemos dado cuenta, no queremos darnos cuenta,  mientras vamos al supermercado y cada vez con menos dinero, en los bolsillos vacíos, valen las cosas más. No queremos darnos cuenta de que no podemos, porque tenemos hijos y se nos cae la cara de vergüenza , de tener que contarles , que nuestro futuro apesta y por consiguiente, también el suyo, que aún no ha sido-ni- iniciado. Ya sabemos que no resistiremos y eso es duro, más si ni siendo caballos viejos , tendremos la ansiada paz, que ellos, los de la máscara de cuervo, lucirán, con nuestro esfuerzo,  en paraísos fiscales, donde nos los pueda alcanzar, la justicia de los hombres.                                            “El estado del bienestar ha muerto”, han predicado en las teles de plasma y los africanos que no les escuchan y solo ven una valla que les frena en su carrera, saltan y saltan, cabras inquietas que trepan , por no morir apaleados. No saben, lo mal que estamos, no lo saben , aún enlatados en los albergues del Estado, ni lo entienden , porque esto es Europa, la de la calidez de vida, la de vivir bien, como meta de la abundancia. No ven al de la máscara , porque lo tienen muy visto con otra mascara y otra capa, otro palo encerado , para sacar llaga y hacer pus , que es el paro y el hambre y la enfermedad , moneda cruel que circula libre por parajes infinitos. Nos han vendido y no sabemos a quién, en nuestro peregrinar de cada día y leemos prensa y no entendemos que callen y vemos noticias y no salen las caras de los tocados y hundidos , porque no habría tanto tiempo , para tanta desgracia. Y nos levantamos como autómatas, aún apestados, purulentos y llagados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario