sábado, 27 de abril de 2013

¿Y SI ME CORTO UNA MANO?


Las aseguradoras de este país saben más que nadie de paro y sufrimientos. Saben de desgracias cotidianas y de gente que se corta manos o simula accidentes, no para tener cuentas en Suiza, sino para poder subsistir, cuando ya no queda nada.                                                                                                                               No voy a legitimar el fraude, pero no olvidemos que estamos en la tierra donde un hombre mata a otro y se le condena por imprudencia y está libre de irse a su casa y otro, entra inmediatamente en prisión, porque se estrella su remolque de berenjenas , contra la puerta de una iglesia.                                                                                                               Los raseros son diferentes porque la aplicación es humana y la humanidad nos hace fallar en virtud de lo que somos o creemos. El resero ha hecho que se recurra la sentencia de Pantoja, porque hay quien piensa que porqué no lleva su actuación aparejada la misma pena que Zaldivar. Es, más o menos,  la misma canción que tararea Diego Torres, sobre porqué su mujer sí y la Urdangarín, no.                                                           El paro, ya ven ustedes, es casi lo único que nos unifica, en tierras patrias, sobre todo si somos andaluces y por más ende , gaditanos, que nos creemos reyes del planeta y nacidos del esperma de Neptuno, pero que de cada dos, uno está en paro y el otro en vías de recoger la cartilla.                                                                                                   No importa que seas empresario o agricultor, que cantes los mejores  estribillos en el Falla o que te bañes en octubre en la Caleta, porque el paro te llega, mamándote esperas interminables ante el televisor, acordándote de toda la saga de antepasados , del que te puso de patitas en la calle, para no llevarte nada a la boca y verte abocado a buscar debajo de piedras ostioneras , que pisaron los fenicios , con chancletas griegas.                 Lo del paro , de tan manido , nos asusta tan poco como que en Melilla salten la valla o vayan armados por palos y cuchillos , porque saben bien las fuerzas de seguridad, que se fajan los machos como los toreros cuando van a  la plaza , que lo único que les impulsa a saltar y no hablamos de las mafias que son el equivalente patrio a los corruptos, sino a los que van en alpargatas , es,  que tienen el pensamiento, quizás no tan descabellado,  que se está mejor en una cárcel española, que siendo entregado en caliente a las autoridades marroquíes, en misma playa.                                                                                        Las pateras no nos gustan a los gaditas , más que para pescar en pobre o para pasear a los niños , en un día de playa con los cuñados y los viejos, cuando ha habido condumio y hemos estado de fiesta, porque nos hemos estirado el pellejo y el dinero ha llegado para comprar una en el Pryca. Pero nunca hemos pagado,  los seiscientos o mil euros que cobran por ella, los impresentables de las  mafias, para que cuatro desgraciados se la jueguen en el estrecho, los cojan como a pollitos, cuando la mar se encabrita y encima los siembren sin tierra , en un desierto perdido, para más inquina.                                      FOTOGALERÍA: INCURSIÓN MASIVA EN MELILLA                   Viéndolo a visión de pájaros, todos estamos metidos en el mismo barco de estiércol, los guardias civiles sin pagas extras y con la peligrosidad del oficio, a pie de garita, metida en la escarcha de los huesos; Los africanos con las suelas de los pies, gastada carne mulata, de atravesar miserias ; Las vallas que nos separan por países, a los de aquí y los de allá, el hambre que cabalga contenta y el paro que nos ahoga, que nos hierve la sangre , que nos radicaliza , porque nos hincha las venas.                                                                 Las aseguradoras de este país saben de fraudes y estafas, también los bancos suizos , pero  algunos solo vemos personas que sufren , sin razas, solo lágrimas de cristal sobre la arena, sudor verde de uniforme de picoleto, cuellos tiesos y gorras aspirada por menos, muchas veces menos de mil euros, lo que pagan los africanos-cada uno- por un pasaporte al paraíso, que se desluce y empobrece, paraíso sin Adán ,ni Eva, solo foto de cartón piedra, falla austera que arde por los cuatro costados , por los contenedores quemados en las huelgas, con los de Navantia pidiendo carga de trabajo, sin que los sordos escuchen la cantinela.

4 comentarios:

  1. No se me ocurre como vamos a superar esto.

    Un saludo

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  2. Con gente como tú, no tengo la menor duda, mientras que estéis, mientras que seáis, tenemos la esperanza de nuestro lado.

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  3. Todos metidos en el mismo barco de estiercol, tú lo has dicho. Así y todo, me corroe la pregunta: ¿por qué permanecemos callados y sumisos?

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  4. Cuando estaba trabajando el tema de la inquisición, salió a la palestra, una imagen de un homosexual,al que condenaban por su condición sexual, aserrándolo de mitad a mitad, desde las partes internas por donde se suponía que había pecado hacia arriba. Creo que a nosotros nos han hecho lo mismo y tenemos miedo de que lleguen a la boca o al cerebro. Debo parecer crítica y mordaz, pero es lo que nos queda. También se me critica por ser muy jodida con el tema de la iglesia o las procesiones , a las que van muchos izquierdosos , dándose golpes en el pecho, porque las ven como algo verbenero, sin saber de dónde provienen o lo que eran la cruz blanca y la cruz verde o los penitenciados. El conocimiento no te hace más libre, solo más puñetero, pero al menos, eres.

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