viernes, 2 de marzo de 2012

LA NÓMINA DE FEBRERO



Cuando nos ha llegado la menguada en la nómina, por la subida del impuesto sobre la renta, nos hemos puestos de brevas, patas en alto.

Ya nos dolía la espalda, los pies y todo el cuerpo, con lo que nos ha caído, menos la cara, que la teníamos laxa, de tantas hostias.


Somos cenicientos metidos a cabalgadores de cuerpos, pisoteadores de asfalto, para sentir en nuestros espíritus corpóreos, solo la porra de los policías que nos insuflan democracia , a grandes bocanadas.


“Los sirios lo tienen peor y también los griegos, así que no nos quejemos”, nos dirá sabiamente Esperanza Aguirre, que, en su gloriosa existencia no debe haber tenido dificultades económicas nunca, ni haber pensado “¿qué pongo hoy de comer, porque tengo la despensa que entra una rata y se desloma de la tristeza, de no encontrar nada que llevarse al hocico?”.


No deberíamos llorar al cielo, porque ni viéndonos en procesión nos regala agua y seca los pantanos y las esperanzas de que nuestros hijos nos jubilen, porque cuando les sale algo, es precario, mal pagado y sin la cualificación profesional, que tanto nos había costado pagarles.


Vemos correr como locos a los profesores de primaria que se jubilan a los sesenta, en mitad de curso, siendo sustituidos por contratados, felices los primeros de poder dejar una educación que tan poco le gusta y felices los segundos de poder trabajar , aunque sea por meses escasos , en lo que han estudiado.


Los jueces que cambian de destino o de jurisdicción social a civil o de civil a penal o de penal a lo que sea , nos dejan obsoletos, repatriados, con repeticiones forzosas de juicios , que valen los dineros públicos que no tenemos, ni el tiempo doblado que no tenemos, ni las ganas de repetir , lo que ya dijimos y quedo grabado.


Nos sentimos abandonados en muchos aspectos , no solo cuando el profesor de nuestro hijo se va sin decir , “me voy a solear en la playa y me importa un euro lo que dejo detrás”, o cuando tu pareja sonríe en la cama de otro o cuando el juez que juzga si tienes o no derecho, pide traslado y te deja a medias, coitus interruptus, sin sentencia y con el juicio finalizado, faltando algunas pruebas y te dice tu abogado que toca repetir , sin que tú tengas conciencia, porque no puedes tenerla, de dónde has suspendido el examen y dónde te dieron tan mala nota.


Menos mal que se fue febrero y los vapores de la gripe se están secando y los árboles suspiran por la primavera y las alergias nos hinchan las narices y estornudamos y nos acordamos de todo y de todos, con santo y seña.

Ya no vemos nuestra barba remojar , porque estamos curtidos, pobladores del planeta tierra, sufridores de la madre naturaleza, calentadores de banquillos perpetuos y gente buena y sana , que mira al cielo, no como Urdangarín , porque se lo digan los asesores, sino porque estamos esperando , como los sabios galos, que, cualquier día, se nos estrelle , en todo lo alto de la mollera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario