viernes, 30 de marzo de 2012

FALSOS PROFETAS




Todos conocemos a alguien que se beneficia, plegando la espalda. La subida a la actualidad de los corruptos solo nos hace ver que están ahí, por todas partes y que es más fácil vender un trozo de alma, que mantenerse puro de ambiciones y con lo que hemos conseguido, por nuestro propio esfuerzo.

No será todo culpa del gran hermano, ni verte a ratos de zapping a esa tribu de flojeras, dándose a la bartola y practicando los dos deportes nacionales que más nos privan, el critiqueo falsario y el jinquerío.

No tenemos más que mirar que hay quien vende sus artículos loatorios por buenos euros, sin impórtale reputación, sino piscinas o buenas casas y que hay gente, a puñados, que porque le dejen un hueco, en algo tan pueril, como un corrillo charlatanero, vende a su madre, ensucia su nombre y denigra su pensamiento.

Lo más grande es que después todos somos iguales, porque, te machacan, eso tan manido y sin substancia de “así lo dice la constitución” y es igual el que se va con sus diplomas a Alemania, a costa de los riñones de papá y mamá, que el que se queda buscándose la vida y es igual el que trabaja como un mulo, que el que marea la perdiz.

Y ya rizamos el rizo y decimos que él no da un palo al agua, al cabo, es más listo y con más ingenio, porque al menos no hace nada, más que quejarse y criticar, mientras el que trabaja por una miseria, el que ejerce sus derechos , el que los reclama o el que se busca la vida sin plegarse, ni subirse a ningún carro, lo llamamos y en su propia cara, idiota.

Si Satanás se paseara por la tierra, le daríamos asco, vomitadas tendría de ver a los babones que se mierdean , en plena retransmisión, para subir audiencia; Los que dicen mentiras flagrantes para que los alimente un determinado partido ; Los que nos han enseñado que es más fácil vivir con tetas enormes de silicona ,que con ideas en la cabeza, contando a bombo y platillo con quién gozaron y a quién hicieron gozar, para medrar y hacer pellas laborales, sin tener que ahuecarse las pestañas.

La televisión nos ha enseñado mucho, de estas intrépidas costumbres, pero no es solo culpa de ella, porque también emitían documentales en la 2 y nadie empezó a tener conductas animales, más que para jorobar, pero no para establecer un clan, ni para aprender del calentamiento, ni para preservar el planeta. Porque lo que de verdad sacamos de la jungla cotidiana, es , que con tetas de silicona , tamaño en inversa proporción a la del cerebro de la portadora, se vive mejor, porque no se piensa , pero se sale de la miseria, se repanocha uno de todo y a vivir que son dos días, mientras los chicos de gran hermano, se ganan la vida de comentaristas de basura cotidiana , que ni Satanás querría comprar, porque tiene almas- a miles -de corruptos, de sinvergüenzas, de chorizos y de vainas, que solo saben medrar, para mirarnos a los demás -que nos asombramos de su cortedad de cerebro-cuando pasan, a toda prisa, a nuestro lado, con su último modelo de jaguar.

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