QUE SE MUERA CARRILLO

Después de oler la pestilente barbacoa de presos hacinados y penas perpetuas en la hoguera, nos hemos quedado dormidos en la inopia, absortos en la pasividad de algunos que ven como pegan a niños y bostezan aburridos.

Otros , en cambio, gritan a más no poder cuando algo les molesta y sus lacayos mediáticos atizan la lumbre siempre llameada, para que no se les olviden las cuatro consignas que aprendieron, al igual que las cuatro reglas.


Una de ellas, se refiere a Carillo, que amén de estar vivito y coleando, que ya joroba, no crean, a muchos, escribe y encima piensa y que no se muere ni a la de tres, cuando ya los suyos persignan tumbas hace décadas y por eso, suponemos, le echan en cara todavía, lo de Paracuellos del Jarama.


A Fraga, en cambio, cosas de estar su partido en aclamada mayoría, le rindieron tributos de galo emérito, en su despedida, que no sabemos si hubiera acontecido si se hubiese hecho efectiva, la cuarta derrota, del diestro de las recortadas.


Pero como no hay mal que cien años dure, ya verán como las heridas, de lo que llaman las dos Españas, se cierran y no porque se muera Carrillo y empaten las dos mitades medias, sino porque la gente empieza a pensar y deja de dar morcilla, que muchos se han dado cuenta que nos mandan desde Bruselas y ya no pone nada ir de derechitas o enrojecido , sino totalmente europeité, o sea, trabajado, mal pagado, jorobado y encima sin un ápice de sol, que llevarnos a la boca.


En Bruselas, ellos tan mirados en alemanizarnos, en eso la han espichado, porque nosotros de sol, empachamos, pero ya creen haber dado con la solución para emblanquecernos de pavor y nos mandan una sequía que lo mismo nos barrena las pocas esperanzas que teníamos de mejoría.


Después de sentir la injusta justicia de llamas que se regaló a presos sin vías de resurrección, ni remisión de pena, viéndolos tirados en el suelo, muertos, amontonados, como niños sentados en una manifestación , esperando que les arreen palos de ciego, todo nos da igual, excepto que se van a llevar los bolsos de colores ácidos y que hay que andar mucho y beber más agua que nunca , porque se acerca la época veraniega y no tendremos dinero , ni esperanzas, ni trabajo , pero tenemos que estar muy buenos , para ligar y reír y hacer ver que todo nos va de fábula.


Interpretamos a la perfección ese papel todos los días, así que seguro que nos dan un Goya , merecido como a Coronado, por hacer tan bien de idiotas y de crédulos , en este mundo de panderetas mojadas por el agua que no regó el penal, ni libró a los presos de la quema fallera, convertidos en ninots de carne y hueso, ennegrecidos aún mas que de nacimiento , por quemaduras afines , de colchones empiojados, de familiares quejumbrosos y funcionarios que nada vieron, más que podían escaparse, entre las rejas, que devoraban humo y brasas y carne presa.