Los niños no aparecen , pero el padre sale una y otra vez -imagen grabada-con los ojos presos en las cámaras y mirando para uno y otro lado.
La madre se esconde de la prensa y no dice nada, más que le devuelvan a sus hijos donde quiera que estén escondidos.
Pero la policía los da por muertos y los busca entre los muertos, en bajos y alcantarillas, tras paredes tapiadas, bajo la arena de campo, sembrado por naranjos.
Y el padre calla y dice que los busquen, como si supiera que no los van a encontrar y la madre calla y dice que se los devuelvan, como si supiera que no se los van a devolver y los niños callan , como si supieran que su silencio es el de los insondables sueños.
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