Celia tiene la teoría de que solo mueren los hijoputas.
Es porque ha muerto su padre con escasos cincuenta años y se siente irremediablemente perdida. Madre soltera de menos de treinta, sin pareja, con trabajo precario , sin poder pagar la hipoteca y sobreviviendo a cachos, ya me dirán que pude pensar, si el único apoyo verdadero, se ha ido a hacer puñetas.
Le queda su madre , es cierto y su hijo, pero ahora es cuando se da cuenta de que él, su padre, ese que seguro que se enfadaba cuando cambiaba de opinión cada dos por tres, ese que farfullaba cuando no podía más , ahora se vuelve héroe presente de tantas batallas vencidas, cuando solo ir al colegio y que te pongan en lista de espera para que vea el psicólogo a tu hijo es ya todo un esfuerzo.
Su padre fue rey mago porque lo vieran sus nietos, en el ampa del colegio, recogedor de niños a idas y venidas, limpiador de platos en los cumpleaños infantiles, padre de sus tres nietos, hombre de charla fácil y solucionador de problemas...
Quizás -pensándolo bien-de verdad Celia tenga razón y solo vivan mil años los hijoputas, no porque los dioses quieran en su presencia a los buenos, sino porque determinados corazones o páncreas , en el caso de Miguel, no están hechos para tanto mierdeo como hay en este misero mundo en que vale más un traidor o un hijoputa que cientos de buenos.
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