viernes, 28 de octubre de 2011

LA MERKEL NOS TACONEA POR SEVILLANAS




Salgo para despejarme y voy a unos grandes almacenes. Sí, lo sé debería haberme ido a una iglesia, pero no gasto. Así que como tampoco gasto en fechas , ni reparo en calendarios más que para escribir las columnas, no me puedo creer que la gente ande perdida entre cajonería de juguetes y pilas de chochones , mikitos y peluches.

“Es la guerra”- me digo y una atareada dependienta me dice que no, que los padres no se socorren para pertrecharse en sus casas ante el ataque juguetero de los zombies, sino que se preparan para ahorrarse un 40 por ciento en las compras de reyes a los niños. Miro por aquí y por allá y todo el mundo se afana en rellenar carrillos como si fueran gratis lo que llevasen en ellos. Lo mismo-exactamente igual- que hace unos días se peleaban por los disfraces de Halloween en primark o por las camisetas de manga larga para los primeros fríos, con grandes –extensas- colas ante los mostradores de pago.

Hoy le ha tocado el punto a los juguetes, el descuento es a partir de enero y se gasta el descuento en la propia tienda. Los que menos, me fijé bien, se han gastado unos trescientos euros… echen cuentas… así estaremos hasta que pase el día de los muertos , que creo que, aunque festivo, la empresa se frota las palmas de las manos, porque abren.

Después vendrá la cuesta de enero con chepa y las deudas a cuestas. Un olé por la Merkel que nos quiere alemanizar, hacernos levantar a las seis de la mañana para ir a trabajar y rompernos en mil pedazos las tarjetas de créditos, porque la veo jartita de fino la Ina, con un clavel en el escote y yéndose de picos pardos con dos gitanos del albaicín. Porque lo que no sea gastar, se las va a tragar cruda, la teutona.

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