Estaban en la pantalla
del televisor cuando era una caja enorme con chepa. No hay que ver
"Cuéntame" para entender los tiempos pasados, sino recordar la tienda
que había a la espalda de la plaza de toros, llena hasta la puerta de
dinosaurios a cual más grande como en la extinción del planeta, que poco a poco
eran sustituidos por el plasma.
Soy antigua como
las pesetas, pero es la campaña electoral que me tiene floja las piernas y me
da por recordar a "los Malasombra" que eran pardillos al lado de los
golfos que salen en las noticias. Nunca pensamos en esa época que tendríamos
Rey, pero menos que su yerno haría un paseillo hasta los juzgados.
Eramos niños chiripitifláuticos, que es como decir que estábamos
aplatanados por la rueca que pinchó a Blancanieves. Ahora los niños nos llegan
con certificado de calidad, eso cuando
los hacemos a la mecha antigua que es irte con tu congénere a hacer vaivenes
para quedarte preñada. Porque los hay más preparados , que los planifican y
miran fechas para fecundar e incluso en una cita con mi ginecólogo, escuché
decir a una preñada que qué le parecía , discutiendo con su pareja, si los
próximos embriones se los insertaba cuando éste estuviera en el
parvulario.
Es verdad que la crisis se ha comido mucho de eso. Lástima porque aún
echo de menos los voluminosos carrillos en estas fechas, saliendo a tropel.
También los cargados con juguetes hasta los topes, cuando los descuentos
fantasmas de las grandes superficies. Yo no los gastaba, como con el tabaco,
porque no tengo vicio, pero sí el de mirar, sin freno. Quizás por eso, echó de
menos el bienestar que nos robaron, los de los bolsillos de doble fondo,
extraño lo que solo disfrutamos como un espejismo, la institución libre de
enseñanza y por dolerme pienso en Pepe Hierro en Albacete declamando sus
poesías con la garganta ya hecha una barrabasada.
"Los Malasombra" vistos ahora eran muy dulces , porque nos han
robado la edad y el tiempo nos ha machacado. Eramos ilustres profanadores del
espacio profundo, nos creíamos todo sin efectos especiales y la imaginación se
nos derramaba por los zapatos gorilas y los pichis del uniforme. Tendremos
que sufrir, en este intercambio, que nos da la edad y las circunstancias, a los
de verdad, a los que nos hacen irnos de nuestra casa, y despues dicen que
"ellos no fueron". A los que nos joroban en el trabajo y a los
clientes de mala leche porque están en el paro o cobrando las ayudas y no les
llega para nada.
La gente mientras aguanta, porque son centuriones en combate invisible
con los elementos, subiéndose en un autobús a las siete y media de la mañana y
apegotonándose en la avenida. Benditos ellos, que sobreviven , para que no nos
extingamos, marcando el paso del tiempo, con la guerrera puesta en forma de
pañoleta o gorrilla campera. Benditos cien veces ellos.
Creo que esta combinación Navidad/Campaña electoral requiere una enorme cantidad de ilusión y no sé si nos quedan apenas unas migajas de resignación y fuerza para seguir caminando sin levantar la vista.
ResponderEliminarUn beso
Un beso también para ti, Pilar
EliminarCuántas verdades en este escrito, entonces no sólo soñábamos, peleábamos por un mundo mejor. Hoy con todo lo que nos robaron, si lo devolvieran, se arreglaba el país de la crisis. Cómo creer en tantos candidatos que van arreglar el país, cuando los años nos enseñaron que esta época electoral sólo es para asegurarse ellos un puesto de trabajo y una pensión... El pueblo sigue luchando sin la esperanza de que nuestros hijos a los que dimos la mejor herencia que era "cultura" puedan vivir mejor. Al menos que podamos seguir reuniéndonos alrededor de una mesa en paz y armonía.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso
Un abrazo enorme, Alondra
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