viernes, 11 de abril de 2014

EL FALSO CURA DE BÁRCENAS

Hay juicio sin grabaciones , porque Rosalía Iglesias lo ha pedido, que no quiere que la vean las amigas, testificando, contra un falso eclesiástico. Entró muy digna con su empleada, que, pobre mujer, no cabía del susto, dentro de su pellejo. Los falsos están a la orden del día. Hay, tantos, que la ciudadanía ya está como el de “comidas carnívoras”, atascados, fagocitados de basura y con las heces atestándoles el esófago. En el juicio, el demandado dijo de todo y hasta fingió un desmayo, porque la comedia se ha instalado tanto en nuestra piel de toro , que ya no hay quien ría las teleseries, ni aunque estén enlatadas. Somos un país de pobres que se adueñan de corralas, de gente que no encuentra trabajo y se va de espinas a otro país , para ser explotado con la fe ciega , que abre fronteras a otros , tan desgraciados y apátridas , como él mismo. Somos votantes de unas europeas que nos importan un cajonazo, porque lo que queremos de verdad es playa y mar en la cara, salitre y pescaito frito , a la orilla de la Caleta que es plata quieta. Trabajo no hay y ya ni se busca, porque está más perdido que la llave del matarile, que no se puede recordar porque la memoria anda con Alzheimer y en los libros de historia se transmuta la realidad , como se hacía desde los griegos , con la boca pagada por los vencedores, a los fieles escribas. No tenemos faraón y solo veneramos a los muertos publicitados, a los muertos por devenir de unos pocos, y lloramos a los que no se encuentran , porque Carcaño es un as y entierra y dispersa sus mentiras , al vuelo de un ventilador supersónico. Mucho hay que ocultar cuando no queremos dar la cara, cuando el falso cura se desmaya, cuando la mujer de Bárcenas evade las preguntas y cuando el dinero b se tapa con los eres, que también se tapan con corralas y con elecciones europeas y con Arias Cañete bien alimentado, saliendo en una foto de portada. Qué bonita es la primavera, qué gusto da el cambiar el tiempo, sin climatismos, sino climaterios y calores tempranos y noches encendidas , no de sexo, sino de fugas urinarias, de sopores de matrona cansada y niños que no son más hijos, por ser menos nietos. La falsedad está minusvalorada porque lleva a las puertas del cielo, a ganar puestos de portada, a sacar a bailar a la más fea para que su padre nos dé trabajo y a trabajar en lo que sea, acuchillando nuestro curriculum o capándolo. Porque hay camareros en Helsinki que tienen dos grados y un doctorado y parados de largo caminar que se convertirían en falsos curas , con tal de llevar un sueldo base , a su casa por Navidad. Pollitos de cuello alto, de clerigman abotonado , de divismos gesticulantes y lacoste perfilando el pecho.

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