VUELO SUMERGIDO
En Almería en un
partido comarcal, se lanzó un yorkshire, contra el árbitro ,en pleno vuelo
homicida. Por semejante fechoría, le han acusado al “lanzante “ de animalada y
maltrato, lo que vienen a ser lo mismo. Pero no fue así , porque el
árbitro iba a lo suyo y el perro estaba sentado al lado de su humano, cuando lo
atraparon, lo impulsaron y lo lanzaron , hasta el señor del silbato que se
desvió de su tiro, que para eso los
árbitros tienen un sexto sentido, que no viene impreso en los libros de
textos.
Es un sinsentido, semejante perogrullada de protestar así, pero también
que se vote sin corazón, a como tendido , por imperativos , no de tus ideas ,
sino de las de tu partido. Resquebrajan grandes tapias ancestrales, estas
tragedias cotidianas, porque el perro no podrá volver a ver un partido
tranquilo y sufrirá daños irreparables, a largo y corto plazo y pesadillas
múltiples , igual que los que han votado a que los malformantes sean paridos y
sobrevivan o incluso mueran con extrema tortura, que no tendrán más que mala
conciencia y resquemor , el resto de su parlamentaria vida.
Es lo que pasa cuando se quiere hurgar -con los dedos- en la conciencia
y vida de los demás, disponiendo con lo
que no es nuestro, valorando a un perro como objeto y la voluntad de las mujeres
como una sopa caliente , con que dar vida a los integrales de nuestras filas,
esos , que por cien benditos euros llevan a sus niñas a pasear fetos , en las Inglaterras.
Podrían nacer más niños si hubieran más medios, si el paro no estuviera sacándonos
los colores de las entrañas y la ley de la discapacidad funcionara, pero no, lo
importante es hacer caldo de cultivo de miseria, enredar en ovarios ajenos y no
hacer política de todos, sino de banqueros y cretinos, que , desde pulpitos
celestiales discriminan y aconsejan , lo que nunca tendrán que mecer con el
sudor de su esperma. Es amor de madre congelado , para votar por los demás
negando derechos, estrujando voluntades , del que no pude poner internet,
porque le cortaron la luz hace demasiado tiempo y ya viene el banco a
desahuciar , porque no hay dinero. Son preñeces de quita y pon, preñeces de
bata blanca , de gran hospital privado, de consulta de ginecólogo de doce a
dos, no de trauma y lloros, de matarse para sacarse lo que no puedes mantener o
viene malogrado. Podríamos volver con suerte a esos ginecólogos de los 50 que
cuando una mujer abortaba naturalmente , para asegurarse de que no lo hiciera
más , como si pudiera burlar a la naturaleza, le legraban el útero a pulso
firme y sin anestesia, calmando el dolor a base de “¡aguanta que tú te lo has
buscado!”. Filas de ingratos votantes de urnas vacías, de gente vacía, que va camino de estrellarse contra un
árbitro, en pleno vuelo.
Es terrible pensar que Tiempos de silencio han vuelto para quedarse.
ResponderEliminarToda la razón, que fácil les resulta decidir sobre los demás, cuando no tienen problema para solucionar sus "errores" como siempre ha ocurrido con los pudientes. Eso de haz lo que te diga y no lo que yo haga.
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