viernes, 5 de abril de 2013

EL RAYO INVERSO…


…Que surge de la tierra, como lo imposible, el miedo que nos atenaza y ciega, de que cualquier cosa puede sobrevenir a nuestra vida para acabar con ella, con lo que tenemos, pero para lo que existe un remedio sencillo, en poder de alguien que viene a ofrecérnoslo, a cambio de un precio.                                                                                    Melville creó una metáfora de nuestro tiempo sin saberlo, prestidigitador de las palabras, en “el vendedor de pararrayos”. Nos hizo ver que nada es imposible si nos ponemos en marcha y sacamos de nuestra rutina aquello que nos amenaza con volvernos temblorosos y apagados. Pero es difícil, se lo confieso, difícil y muy peligroso, en según qué fechas , porque todo se coaliga para devorarnos por dentro, cuando los poderes nos parecen encaminados a callarnos la boca, a hacernos no pensar, más que en lo que quieren que pensemos. Porque..¿qué hace usted cuando se levanta , sino lo aprendido desde pequeño?, que no es otra cosa que lo que le ha imbuido su familia, su rango social o su condición geográfica. ¿Qué sigue usted haciendo durante toda su vida,  más que lo que le condicionan desde la economía, la sociedad, los anuncios, las normas, las vivencias y los rumores, que alguien inspira?.¿Qué otra cosa somos más que marionetas con hilos muy gastados que encimas creemos, pobres de nosotros, que hacemos lo que nos da la gana?. Melville lo expresó bien cuando sentó en su metáfora , a un ciudadano con algo que perder , junto a un vendedor de humo, porque cada día, en cada instante de nuestra vida, creemos que ha llegado el momento de tener miedo, de cambiar, de hacer lo que se espera de nosotros,  para ser grandes como en el anuncio de Bank Caixa, con el que conseguirán, ganar aún más dinero. Creemos en lo que creemos creer, o en lo que nos dejan creer y creemos apasionadamente,  hasta dar no solo la voz, sino el corazón y veces el resuello , en eso que creemos creer. Porque, en realidad, ¿no creemos lo que nos dice un profesor de instituto que tenemos que creer o nuestros mayores o en la adolescencia , los amigos enteradillos, o más tarde la pareja o en la vejez ,los hijos? , ¿no somos receptores de miedos que nos inculcan políticos que dicen “cállate”, con buenas palabras o “yo pensaré por ti” o “ven a votarme, para que te saque del atolladero, donde yo mismo te he metido”?. Los que nos metieron en Europa y ahora nos invitan a temblequear de miedo por estar en ella, saben mucho de esto, también quienes nos gobiernan y quienes no, los que nos venden lo que no queríamos comprar , hasta que ellos nos lo dijeron, o los que nos llevan a perder una casa que no podíamos pagar o, incluso, los que nos hacen pensar en que una determinada educación dará un futuro asegurado a nuestros hijos. Seguramente, ese conjunto de mataduras que conforma nuestra existencia, tienen mucho que ver con quienes somos o incluso, con los cerebros maleables, con los que creemos creer.

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