jueves, 7 de febrero de 2013

ACALASIA


Estoy con ustedes por profesionalidad porque, se lo confieso, ando enferma. No he ido al médico porque sé lo que va a decir, que son cosas de los tiempos enmarañados que vivimos y que hacen que los españoles nos convirtamos en pacientes, por languidecer a la puerta de ambulatorios.                                                                                                             No es el paro, lo que me enferma, es la negación de empleo, o el verlos a ellos, los de las televisiones, riéndose en nuestra cara y señalándose unos a otros como párvulos en el recreo. Ni el carnaval de mi tierra, ni el “sálvame” me dan tregua y solo la lectura  trae algo de paz a este hastiado cuerpo. No me llagan los bolsos de Louis Bouton , la carne , con pus supurante , sino la negación de los hechos, el revolvimiento de las palabras, el escaparse por negaciones consentidas y suspiros a cámara. No me asfixia a quién le tocará mañana perder su hogar o su trabajo o su educación o su beca o los paupérrimos medicamentos, sino que se rían de nosotros cuando estén encerrados en sus despachos , con periodistas con alcachofa en mano, esperándolos helados de frío , en la puerta. Se me cierra la garganta, porque de la acalasia , me he pasado a la acalculia y ya no me entran en la cabeza tantos datos de euros trastabillados y perdidos y tanta gente recogiéndolos, a dos manos,  como en los cumpleaños de los niños, de una piñata elevada. Mi médico que está harto de ver estos síntomas , me coge de la mano y me consuela , como consuela a jubilados que mantienen a sus hijos mayores y nietos con pensiones de miseria o a parados de larga duración que ya no verán una nómina , ni fotocopiándola. Es que no lo puedo tragar- le digo compungida. Es que te tienes que relajar- me dice él, que sabe que así no se pude vivir , que hay que ser más tolerante para vivir en sociedad y pelearse con el hijo del vecino por a quién votó y dónde estamos y empezar” y tú y tú.. y aquel otro…” para no mirar en el ojo propio, lo que en el otro se hace viga. La realidad me asquea y se me sube la bilis a la boca y se me cierra el cuerpo y se me niegan las ideas, porque las manos no teclean y ustedes se me cabrean , porque son carnavales y a mí me importa un pito, porque solo veo el asteroide acercarse , rozándonos la cabeza y los sobres fluir a su paso y la gente caer sin guerra, más que bancaria y ficticia de ascensores, ascensores sociales , que sólo bajan para que unos pocos suban y encima nos digan necedades que queremos creer, que muchos creen , porque se han acostumbrado a tragar como las ocas con embudo, porque al menos comen, aunque les estén engordando el hígado , para después rebanárselo y servirlo frío,  sobre apetecibles tostadas.

1 comentario:

  1. Creo que tenemos que ir pensando en empezar de cero. La sociedad civil ha de organizarse y decirles a esos que tú mencionas y a otros que callas: hasta aquí hemos llegado. En adelante, ustedes por su camino y nosotros por el nuestro. A ver cómo se arreglan, que nosotros sabremos apañarnoslas por nuestra cuenta.

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