miércoles, 7 de noviembre de 2012

LO NATURAL


L. es homosexual. No sé cuando lo descubrió, pero definitivamente lo sabe. No así sus padres, que lo oyen, pero no lo escuchan , cuando se lo cuenta. El chico no se amilana, con la oposición férrea, lo único que tiene dieciséis y no es edad para montañas caseras, ni para madurar temprano, lo más para ir de juerga y empollar para sacarse una beca, como hace él, porque ya le han dicho que si persiste en lo “contra natura”, su sitio no está en esa casa.                                                                                                                                 
El otro día, en una reunión para estudiar en su dormitorio, con chicos y una chica, todos afanados en el ordenador y los libros de ciencias, D. se metió con él en la cama, se puso colorada, porque le hacía cosquillas en la espalda, en plan broma y él dijo un melancólico “ojalá te viera ahora así mi padre, entrando de improviso…¡ la alegría que se llevaba!”                                                                                                                                      A mi , sinceramente, me gustan las peras con las manzanas, me gustan las manzanas y me gustan hasta las piñas, porque por gustarme, con tal de no hacer la puñeta a los demás, ya me gusta todo y la verdá es que nunca le he visto hacer la puñeta , por ningún lado, a la opción de enamorarse de quién te dé la gana.                                                                            L. podrá enamorarse y casarse y hasta tener hijos legalizados como tales, de él y su posible pareja, gracias al Constitucional y a gente con callos en la visibilidad como la Zurita, la Gimeno, la Per Font, Shangay Lili, del Pozo o la Boti , por decir algunos, de los muchos, que no llevan como condenados cadenas, sino realidades aireadas con orgullo patrio.                                                                                                                                       L. podrá llevar la cabeza levantada y sacarse el futuro que otros habrán allanado para que él pise con fuerza, pero lo que no podrá hacer es mirar a sus padres con respeto, contarles cuándo se enamoré, ni preguntarles, en plan duda de hijo a padres, experiencias vitales. No podrá compartir con ellos, nada de eso, porque su padre no le habla y su madre solo le silabea, asentimientos o negaciones, mientras él se desvanece entre psicólogos y profesores enrollados, compañeros que le arropan y una sociedad a la que dividen en peras y manzanas, no – ya-legalmente, sino verbalmente, gestualmente, en primeras páginas de portada , para nuestra desgracia.                                                               
Habrá quien el amor no le llegue, porque le pongan sexo y apellidos, quien la verdad no le salga de la boca, para acallar la verdad de sus hijos  y quien no pueda dejar a los demás ser felices sin fronteras…Afortunadamente no es mi caso, que siempre he sido una romántica sin curación y que veo en la libertad, eso , posibilidades, no libertinajes encubiertos como algunos, tampoco en las igualdades , destrucciones , sino creaciones, y en las visibilidades, realidades que siempre han estado, encubriendo dolores de parto que ahora , por fin, revientan y se muestran, igualando las manzanas con las peras y haciendo que se hagan macedonia , zumo o puro almíbar , con ellas .

2 comentarios:

  1. Ya es bastante difícil encontrar en este mundo a alguien dispuesto a amar sin condiciones como para andar poniéndose exquisito en detalles de género. La ley es sólo un primer paso, confiemos en que con el paso del tiempo todos acaben por ver como normal lo que es normal. Lástima que la iglesia, como siempre, no deje de encizañar.

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  2. Querer y dejar querer, ¿es tan complicado?

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