jueves, 18 de octubre de 2012

BATASUNOS


Vivimos en un mundo paralelo,  donde las folklóricas hacen márquetin de sus tropelías judiciales, donde la segunda opinión no la da un experto sino un correligionario o un profeta obsceno que trona como los dioses impíos, con rayos y truenos.                                 

 Padecemos y  no nos quejamos de una realidad de cuarta dimensión donde un tío se tira desde la estratosfera para dar mayor publicidad a una marca de bebidas energizantes y nos quedamos tan frescos o lo admiramos o ni lo vemos , porque nos hemos quedado tontos y ciegos y ya nada nos hace daño, ni mella.                                                           Somos clones de otros, patéticos ultracuerpos del espacio que viajábamos en partículas cósmicas y que no se ofenden cuando políticos que dijeron necedades que llevaron a catástrofes ecológicas , no se sientan en el banquillo de los acusados.                                      

Somos zombies devoradores de carne viva que ahora , dada la escasez de cuerpos, solo comen patatas en pucheros, a la viuda, a lo pobre y en tartera, fritas y asadas, con lo cual el género ha subido persistiendo nuestra hambruna y miseria , para ventaja de algunos, ellos siempre , que se forrarán -una vez más- los bolsillos llenos.                                      

 Estamos llegando a la fiesta de los muertos y cuando en Grecia han empezado a vender,  los supermercados, los alimentos pasados de fecha , que no agriados o revenidos, nosotros , los que nos quedamos en casa y vemos todo por las pantallas del televisor, los miramos con desaprecio y los grandes de las superficies , que pisamos cuando nos dictan ellos, dicen que de aquí no pasarán, que las fronteras helenas que parieron héroes no nos llegarán a intoxicar con ese invento o sea que lo tendremos en las estanterías , pasado mañana.                                                                                                                                       Morimos cada día, para reinventarnos por la mañana, supermanes de “los buenos días” que no te contestan, de las colas para coger un metro o un autobús, de los amores imposibles de borrachera, de barra de bar, de paseos con el perro, menopáusicas matronas que ven los planetas y aún creen que podrá ser un gran día el que  haya un premiado que no lo sepa,  que no tenga preparado el discurso o que no esté afiliado al sindicato de la multinacional de la letras.                                                                                           

  Ya no hay nada que sea espontáneo, porque hasta las flores son sintéticas y los de IKEA las venden por bandejas, para sus casas de muñecas, donde casi ni hay que limpiar , ni hay que cuidar de la familia, término devastado y devastador en unos tiempos de blasfemia, donde la crisis se sacraliza y todo se relaciona con ella.                                    

Batasunos, al fin, somos llamados, revenidos a las estanterías, por boca de ministro de cultura que no quiere que salgamos de nuestras casas , que no quiere que nuestros hijos aprendan lo importante que es la educación, sin cuidados paliativos, sin tener que protestar por ella, porque la educación manda y manda que vivamos por ella, que nuestros hijos no vayan a la cola de Europa, ni tengan que mendigar , para estudiar una carrera.

2 comentarios:

  1. Es una cuestión de niveles de convencimiento... nos convencen de que nuestro destino es ser pobres... y comenzamos a hurgar en los contenedores.

    Nos convencen de que somos batasunos... y empezamos a romper farolas.

    Pronto nos convencerán de que somos terroristas... y entonces ya no habrá marcha atrás.

    Beso fuerte

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