Garzón se sienta en el banquillo, vestido de ciudadano y uno de los que le acusan, también hace de testigo encontrado,porque el juez que le juzga así lo ha permitido , porque dice que es un híbrido.
En el Puerto hay movida judicial en torno a los diseminados de Pinar de Coig donde vendieron fincas ilegales y la gente se echaba las manos a la cabeza , pero ahora ha quedado en nada, porque los afectados se han retirado y fiscalía no da cuerda y solo los ecologistas, siguen pleiteando.
El padre de Marta del Castillo anda buscando argucias legales para darle justicia a su hija , más que nada, eso creo, por no recordar que está muerta y que quien la mató, anda por ahí , vivito y coleando, haciéndola mucho más muerta y envejeciendo la cola y los carteles que la recuerdan.
Debe ser duro creer en la justicia y sentarte frente al asesino de tu hija y mirarle a los ojos e irte sin haberle segado, a él, que segó tu vida, la suya.
Es duro creer en la justicia y ver a Garzón dando razones y saber que es cosa de venganzas y de dineros, de tumbas cerradas a cal y canto y televisiones privadas que echan sapos por la boca y que desprestigian y amargan, a los mismos que las escuchan.
Es duro, vivir estos tiempos y estar con dinero corrido, con ganas de hacer y no encontrar cómo, con hijos que te hacen envejecer y recordarte a los de los otros, otros que andan desaparecidos como los de Córdoba , con madre que clama por ellos y la policía buscándolos en alcantarillas y ríos profundos , sembrados de cañizales.
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