martes, 22 de noviembre de 2011

ERA UNA ERA



Los días van pasando desprovistos de alma y ya ni las palmeras tienen vida, bajadas las faldas, desmochadas y rotas por un vil gusano, disfrazado de esperpéntico escarabajo.



Los niños se nos hacen mayores y nos protestan y nos quejamos con los dientes rechinados de no haber aprendido de nuestros viejos a sacar cinturones y acallar protestas, pero no, porque nosotros somos los héroes de la tontería, los que se joden antes que joder a otros y así nos va , con la ropa rota y la mente inquieta, personajes molestos que dicen lo inconveniente y que no progresan , porque el progresismo está aún más de capa caída que los raigones de las palmeras.

Y ahí estamos, porque aún estamos, no sabemos bien cómo, estudiando, levantando trabajos y empresas imposibles, levantándonos a nosotros mismos o levantando la lengua para chasquearla entre los dientes..

Hemos envejecido y nos hemos hecho niños, por eso disfrutamos del sol, del mar y hasta de la lluvia, cogiendo catarros que andaban olvidados en charcos helados y que desnudaron los pies de calores y seguridades, para hacernos ver la fragilidad que tiene este cuerpo regalado, que envidia a las cucarachas , porque el futuro será de ellas.






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