AIRES RODADOS

La Pepa se ha ido y nos ha dejado desbravados y confusos, los bares vacíos y los visitantes huidos. La resaca de fotos de primeras planas en los mejores periódicos nacionales y el saltar el nombre de Cádiz en todos los telediarios , nos sorprende , pues no es por ser los primeros en las encuestas del paro , ni por el gasto en litronas, ni por divertirnos a no parar, sino por reseña histórica , que nos seca los labios y nos acojona el alma, por no saber cuándo nos va a volver a sonar la flauta, de sentirnos orgullosos de ser gaditanos.

Las elecciones nos vaticinan, nos expelen, nos estrujan y vemos peces grandes y chicos , se pelean por un gran bocado, mientras nosotros, en la pecera con ellos, nos sentimos gusanitos que no saben a dónde mirar, desconsolados y menguados , por las circunstancias adversas.

La gente está abatida, descongoñada y laxa y se sienta en “el Nebrasca” para calzarse una cerveza o un rioja y olvidarse de todo , ante un plato de “ropavieja”.

Las gaviotas del Balneario se han hecho plañideras y solo es verte sacar un bocadillo o perfilarse en tu mano un buen paquete de papas al ajillo, cerca del poyete que separa la arena de la calzada, que ya te sobrevuelan como vil político y te sonríen, entre plumas mezcladas y chillidos, para ganarse tu confianza.

Luego, solo arrojarles la carnaza , ya se van en desbandada sobre ella y te dejan , mirón ilusionado , con que ellas disputen por nada , sin darte cuenta de que se matan por tu condumio, tu futuro, para tragárselo entero y tú te vas a tu casa, con las manos vacías y los mismos problemas que tenías antes de verlas a ellas.

Si la vida fuese tan fácil , como en los servicios de las habitaciones del Puerta del Mar , donde un letrerito de “libre u ocupado” te avisa de si puedes pasar o no, lo mismo nos hacíamos gaviotas y nos volábamos hasta el parquin de los minusválidos de Algeciras , el que está dándole las espaldas a los juzgados, arriba mismo de tejados y azoteas, donde las gaviotas, señoronas ellas, solo otean la Bahía y los barcos que la cruzan, las negritudes que ensucian y los peces que platean.

No creo que a nadie le dé alegría que haya tanto corrupto suelto, ni que se arrojen la basura como marujones a puerta casera, porque queremos lejía pura y amoniaco con que limpiar el suelo patrio y queremos nobleza y libertad y creencias y más limpieza y no bocas ansiosas, ni mentiras, ni plásticos enredados, ni nylon en la pata de una gaviota , trasluciéndose al sol de la Pepa, porque ya quedó en la memoria y ya fue usada y vejada su sentencia, mocica eterna , que nombraron su nombre y perfilaron su estela, pero no entendieron, ni estudiosos, ni gobernantes, ni poetas, porque no es de ellos, sino nuestra, de los que vamos en babuchas, de los que trepan en muletas, de los viejos y los niños y de los que , como Paco el de Jerez, más que protestar, sueñan.