No
se crean que este es un tema de actualidad sino muy viejo. Ahora anda de “boca
en boca” por lo del juicio de “la Manada” pero realmente es un concepto que se
ha manoseado en casi todos los casos de violaciones. Las de mi generación que nos
hemos criado con ese cisma tatuado en el cerebelo lo tenemos muy claro porque
convivíamos con las mártires cristianas que antes se dejaban cortar los dos
pechos que mancillarse. No piensen que soy apocalíptica ,
solo vieja. Estábamos inmersas en lo que ahora- algunos jueces y el mismo
abogado de “la Manada”- esgrimen para disculpar a los que hicieron lo que les
dio la gana. Es
el eterno canto de la violencia machista. La charla insustancial de las Marujas
de barrio sentadas a la puerta de su casa- a la fresquita- diciéndose entre
ellas cuánto les arreaba el marido y encima tomándoselo a gala porque así les
demostraban cuánto las quería. No
te puedes emborrachar, ellos sí. No puedes ponerte según qué ropa, ellos pueden
ir en pelotas picadas o con camisetas acordándose de los muertos de tu padre. No
puedes ir y decir que es un capullo integral aunque lo sea porque eres una
histérica, ellos nunca porque es un vocablo griego que tiene su origen en la
matriz por lo tanto de género femenino y punitivo. Hay
una guía muy fácil para saber cuándo no hay consentimiento… No es que tengas ganas , ni que vayas
buscando carne con cuatro descerebrados más para darte gusto en los fondillos
de los pantalones a bajo precio. Es saber que no puedes aprovecharte de una
persona bebida porque eso es de canalla. Porque si está bebida y no habla, si
sois mayoría y ella está sola, con pocos años, asustada y arrinconada es un NO
como una casa. Aunque te mueras de ganas
porque nunca se preocuparon de enseñarte que las personas se hablan con
educación, se comportan con respeto y no se va por ahí como Terminator hecho
una máquina de hacer la puñeta. Somos ya muy mayorcitos para tener los cerebros
tan huecos como para jugar a roles caducos -apestados de ranciedad- de antiguos
regímenes de pernada ancha. Vergüenza me daría de montármelo- con cuatro amigas
más -con un tío tan pedo que no pudiera ni mover las pestañas para decirme “sí
quiero”. ¿Esa es vuestra defensa?. Pues vaya. No sabía que aún debiéramos
cortarnos los pechos para que no nos violen, que hubiera que clamar al cielo un
diluvio universal, ni cerrar las piernas soldadas con alambre de espino para
que no nos violarán. No podemos beber como hacen ellos, ni ronear como hacen
ellos, ni confiar como hacen ellos, ni ir solas como hacen ellos, porque no
somos ellos en un país que presume de igualdad pero que riega sus calles con
sangre inocente porque la libertad y la integridad personal no se visten igual
según el género. No se crean que habló del juicio a “la Manada” porque- por
desgracia- esto es mucho más viejo.
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