Nos despertamos con
aliento sahariano metido en vena. Es la kalima que trae esencias de otras
tierras, en forma de moléculas. Es fea de ver porque persigna a los coches de
barro marrón, churrete de cara de niño cohocolateado, pero ganancial para las
estaciones de servicio que gestionan un lavadero de coches.
Es la kalima como el destierro de Urdangarín o su cara cabizbaja al
entrar en los juzgados de Palma.
Luego el día nos trajo lluvias intrépidas, redundantes, y creímos que la vida nos sonreía y que todo
se quedaba atrás, como la cara de felicidad de Urdangarín al salir libre y sin
fianza. Hay
mucha gente con mala baba que solo pensaba- ya- en la foto de ese buen hombre paseándose
con grilletes, mientras los adeptos a las causas más nobles lo exculpaban, como
así ha sido, porque tiene cuatro niños, por ser consorte o por ser muy bonito. Es la evolución de Darwin¿ saben?,
que se va al garete. Yo
ya lo he notado en el colegio de mis niños, coto para experimentación generacional
donde los haya , con la hormonación prepuberal y de esencia temporal por el barrunto de la primavera inminente. Ya
están los cabezas huecas emparejándose aún sin tener las gónadas en su sitio.
No se crean que se han unido los más buenos, los más bonitos y los más baratos,
como pasaba en esos documentales que veíamos en la 2 en que los pájaros que
cogían mejor cacho de selva enlazaban a
la hembra más poderosa, que no. Que ya les digo que la evolución se ha ido a
hacer puñetas y ahora se coge lo que sea, en versión “desnúdame” de hacer gansadas
, todo sea ser famoso y no dar palo al agua.
Pues los niños igual, hartos de ver las criaturas programas de sacar colores
verde arcadas, rebotados en payasadas y tonterías. Si se hicieran programas
educativos para no jorobar a los de más y respetarlos un poco lo mismo nos iba
de otra forma, pero hasta con los acosos o los maltratos se negocia en el
plasma, cosa por otro lado no tan extraña si hacen un poco de memoria y se
acuerdan del caso de las niñas de Alcaser contado a pie de pueblo y familiares,
cámara en mano. Somos
los despojos de nuestra sociedad corrompida, los corruptos que aguantan a los
más corruptos porque no tenemos solución y si ponemos héroes que nos defiendan
se pelean entre ellos y encima se purgan como en los mejores regímenes
soviéticos. Los nobles
abusan de su poder y los políticos les miran con media caspa, porque tienen las
manos enganchadas y las causas sobrevenidas- o expurgadas- en los mejores
juzgados patrios. Es – éste-un país de carnavales en
el que no sabes bien de qué disfrazarte y si miras los tipos de las chirigotas
y te fijas bien, verás a un Rey salido por la puerta de atrás por escándalos
variados, así que déjense de evolución y dense a la teta como Joaquín, el
futbolista, que se llevó mamándola- dicho por él mismo- hasta los seis años en
la Puntilla.
Es la kalima caletera que vamos a exportar por Europa entera, esa que
nos enlodece la cara y las manos, esa que nos hace tragarnos las cotas de paro-
del casi sesenta por ciento -para las edades de mis hijos mayores que se
sombrearán en mi casa estudiando, quemándose las pestañas y tragándose mi
jubilación que será inexistente, porque
estaré escribiendo hasta que se me sequen las manos. Es
la evolución de los mancos, de los necios y los lacios, de los Urdangarines y
acomparsados, de esa gente que está a la que mejor disponga porque nacieron con
un corcho en las posaderas, no para no chingarla, sino para sobrevivir debajo
de agua, hasta sin agua.
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