Si tienen hijos en edad
escolar, seguro que me entienden. Porque ando con las carnes abiertas, pensando
que será de ellos cuando vayan a Secundaria. No es que no haya problemas en
Primaria, que los hay, no tienen más que ir a hemeroteca. Hay agresiones,
insultos...Por haber , ha habido hasta profesores que alargaban la mano, pero
lo de los Maristas de Sants, es para tirarse de los pelos. Abusos de años,
épocas enteras de profesores y monitores, aprovechándose de sus alumnos, como
juguetillos sexuales. Dicen que enseñaban valores, pero tras las cortinas, han
ido dejando cadáveres con cara de niños felices, transmutados en adolescentes
vejados que ahora han hablado por haber confesado uno de los presuntos
abusadores. Dicen que tenían a sus hijos allí, los del Claustro de profesores,
pero seguro que los abusadores sabían mirar bien quién hablaría y quién no, y
cuando el trabajo iba a peligrar, por sus desmanes. No tienen más que ver que
la mayoría migraron, suponemos que a cotos de caza más reservados. Nos
asustamos con Nani-sex que violaba a críos de menos de un año, que le dejaban
sus padres sudamericanos, trabajadores a tiempo completo. Nos indignamos del
presunto asesino que tiró a la cría por la ventana, cuando al parecer abusaba
de ella. Pero persisten como una lacra, que no se puede erradicar porque son
duros como las cucarachas. Visto así, no se extrañarán que tema que vayan mis
hijos a Secundaria, donde los matones de primaria ya tienen solera y las
desigualdades, los complejos de los maltratadores y abusadores , ya han
trascendido y les han podrido el cuerpo entero. No se extrañarán porque el
mundo que vemos , cuando se desempolva lo que había bajo la alfombra, son heces
alquitranadas, alimentadas de lágrimas. Lo mismo deberíamos hacer algo, pero no
se me ocurre nada, porque no son visibles y tras un profesor de lo más normal,
se puede esconder un pederasta, o tras
un estupendísimo monitor de gimnasia. Han sido eso en muchos casos...El
niño responsable de la vecina, que se brindaba a quedarse de niñero , cuando
los pobres padres no tenían ni tiempo ni dinero , para que alguien más
especializado cuidara de sus hijos ; La monitora de la guardería la que le ha
regalado hostias ostioneras a una cría de parvulario. Han sido ellos, los que
nos han robado el sueño, porque los queremos demasiado a esos a los que hemos
parido, los que criamos, para que nos los vejen y destrocen. No tengo la
solución, es cierto, pero me asquea el problema, me irrita , me denigra, me
rasca sacándome lacras que en la noche se convierten en pesadillas, de madres
que no le dejan respirar tranquilos a sus hijos, porque los lobos andan
desbandados. Pero quizás habrá un día en que el guardabosques y Caperucita le
saquen los colmillos al lobo, lo destierren de su coto de caza , para que no
vuelva morder más , a ningún crío.
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