Los políticos se afanan
en hacer inauguraciones. No cambian el país mas que para darnos la badana, pero
eso sí, quieren perpetuarse en ello. No sé cuanto se gastarán en publicitar lo
bien que lo han hecho, pero debe ser una pasada. Desde luego más que para
ambientar una sala de juegoterapia, para niños enfermos de cáncer.
Pero
seguimos en ello. Las puertas giratorias van embaladas y los que aplanamos la
espera con los pies de barro, no llegamos ni a sacar resuello.
No tenemos derecho ni a quejarnos, porque lo ilegal nos acosa, los
corruptos nos invaden y ya olemos a nivel internacional, sin que nos importe un
ápice.
Los que
pagamos impuestos nos sublevamos y nos hacemos de ácido, cuando vienen a casa a
darnos un presupuesto y lo quieren en negro.
Se nos ha sometido al imperio de la picaresca, a las gansadas de abrir
la boca y esperar que caiga el maíz, porque es tan cotidiano como ver a un
antiguo ministro paseándose por los juzgados, presunteando.
Nos agarramos
a un clavo ardiendo que nos funde las huellas dactilares de lo que fuimos, un
pueblo trabajador y orgulloso, para desmembrarnos viendo en lo que nos han
convertido.
Nos
conformamos con sobrevivir como los de "Supervivientes", esperando
que pasen los días, tumbados sobre la arena, embadurrándonos de potingue.
La
cucarachas heredarán esta tierra. Ellas tan amigas de no poner ascos, ni aún
cuando se miran en la luna de un espejo.
Dadme
pan y circo, campañas electorales y ferias, que quiero tomarme todo el vino de
cosecha, en una misma noche de fiesta.
Desvalijar ya no es delito,
sino una pena que compartimos en el Adn, para mayor gloria nuestra. Qué bien lo
hemos mamado, hasta los nuevos que se incorporan, que vienen con afilados
dientes, empezando a dar dentelladas a nuestra confianza y entrega. Pero solo
somos carne fresca, desechable, no se olviden y como este tiempo que me
dedican, perecederos y predecibles. Háganme caso y vayan al día, sobrevivan,
túmbense a pie de playa, que paga Telecinco. Que hay que cotillear, se
cotillea, que hay que acuchillar a un amigo, se acuchilla. Que alguien tuerce la cara y la pone de
Joker, se le despide, que para eso somos liberales y el despido está a la que
salta, para ponernos otro que más nos guste , que nos dore la píldora hasta
tragárnosla.
Háganme
caso y no digan que les asquea, digan que les da grima. Que no creen en los
pelotas, ni en los defraudadores, pero sí en la política honrada o en los que
buscan el bien común. Que son gentes de ideas profundas, hundidas en los
ideales más generosos. Luego tuerzan la senda y ríanse, como hacen ellos que
pegan carteles con nuestra hiel. Los políticos se afanan en hacer
inauguraciones y nosotros en vegetar sin rompernos la crisma, para que no nos
aparten y nos llamen asociales por ver la basura que los demás se tragan.
El paso de la cofradía de los
destemplados vienen cargado de desilusión y apatía. También de grima, nunca de
asco, que te marca la boca y las manos con asocialidad de todos aquellos que
viven de forzar la sonrisa sin que se les note. Peguemos carteles y creamos que
ellos, los de las siglas, nos que van a proveer trabajo, que nunca nos subirán
los impuestos , ni nos dejarán sin fondos de pensiones.
Creamos que es gratis , como echarle de comer a las palomas sarnosas que
en vez de peregrinar paz, parece que son eslogan de mares de enfermedades
infecciosas.
O lo
mismo hagamos, levantándonos de la tumbona, protestando y dando quehacer.
Nunca asco, que da grima y
te hace asocial y te expulsan con cara de Joker de los círculos más elevados.
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