Hay una empresa que
organiza un viaje a Cádiz- exprés- para la primera noche fuerte de los
carnavales. No tiene nada que ver con la comparsas, ni con los disfraces, sino
que va más bien de botellona , con pinceladas de sexo achicorio para atraer
eurillos. Ha sido Cádiz , señorona de las cortes gaditanas y queda ahora de
ramera rastrera , saeteada por borrachuzos de pésimas chancletas. “Preservativos
felices” le llaman a la guinda del paquete promocional, con superbocata de
hamburguesa de desayuno y alcohol y más alcohol , que es lo que tiene la pantomima de fiesta , donde lo que vale es
bailar y beber, triscar y beber o beber y beber , y luego miccionar o defecar
en cualquier esquina. No es el centro gaditanum un sitio donde las bullas se conviertan
en lo del Arena, pero sí donde los comas etílicos requerirán ambulancias y si
los euros se ponen por coste de vida , en pos de una efímera fiesta , verbo que
conjugar con la tragedia. Calles que serán devaluadas, la ciudad que funciona boicoteada
y seguro que estarán detrás los de Podemos , que es la campaña electoral y todo
nos vale para hacer luego cuentas. Felices no van a estar, a la mañana
siguiente , después de rotos los preservativos y vaciados en las aceras, con el
bocadillo de hamburguesa pegado en las encías y el sueño a cuesta y los
autobuses despegando y los borrachuzos yéndose y la ciudadanía gaditanae
despertando de su letargo de décadas , paseando entre vidrios rotos y micciones
descubiertas, para sacar al perro a dar un paseo por la Plaza de Canalejas. No
serán los vecinos de la plaza España más que penitentes de la fiesta y sus
portales apeaderos y sus casapuertas contrafuertes de una guerra , en la que
los gamberros vienen remasterizados y las empresas con catering de preservativos.
Pero llámenme vieja y retrograda, que no creo en esas fiestas , ni bebo, ni
agua bendita, ni de borrajas , ni de rebajas y mucho menos de botellones , rodando
luego por las aceras. Soy exiliada a la fuerza de muchas cosas como éstas y sin
población se va a quedar la matrona en otros tiempos, ahora alcahueta de
preservativos logotomizados , si no cuida a su reserva, pues cuando los
ancianos y los que sirven los servicios sociales acompañándoles en el pésame
de los alquileres , se diluyan, la
población va a naufragar y se irá como las golondrinas de Bécquer , pero por no
aguantar más barrabasadas, ni más necedades, más botellonas avinagradas de
defecadas y cantos eufóricos , en tu propia puerta. Que es una fiesta para
disfrutar y las agrupaciones ya me han dicho que van a ese mismo sábado a
campar lo más lejos que puedan y que se fleta, como en el 23 F, todos los que
estén medio a babor en el náutico , que hay desbandada, antes de que lleguen
los preservativos y nos inunden la retruécana.
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