Se les ha fugado un preso, cuando iba a verle
la cara al juez. No es mala praxis, es que corría a tres piernas. Como Bárcenas
, que pide tranquilidad para descarrilar lo que la gente volverá a votar , solo
pasen los meses malos. Meses malos de no comer, de llevar a los niños al
comedor del colegio, de no pagar la luz y de que baje la gasolina y se nos vaya
ente los dedos.
Surtidores de gas que no salieron de las entrañas de la tierra y las
fundaciones que se van y los políticos se quedan, ellos, que siempre se quedan,
con y sin coletas.
Estrecho que se ha de tragar tantas conciencias, tantas pateras y lo que
vieron los ojos lo ciegan y más en carnavales que solo la copla cuenta.
Es maravilloso verlos cantar subidos a una batea y que se aplaque la ira
y que las casas se paguen solas, esas hipotéticas hipotecas, que ya después
vendrá marzo y abril y con los calores subidos a la chepa, la sequía y las
brevas.
Nadie puede conjeturar lo que hablan las bocas de los necios y solo nos
queda escuchar -entre renglones- a ver si pillamos la letra.
Se nos ha fugado la felicidad y nos la devuelven enlatada, esmerilada,
como el eje de la tierra, doblada y con
el polo norte y el sur , clavados a modo de saeta. Es el
invierno cainita, es la emoción de la cercanía de las fiestas, es que no he
escuchado cantar y ya tengo el levante rugiéndome en la gatera. Son los pases
,pasodobles y las ruinas, quietas y la gente, la mía , que se diluye sin verla.
Es la fiesta que comienza y ya tenemos el disfraz armado y la cara peripuesta,
la sonrisa forzada y la voz preparada. Es la imagen de una anciana de setenta y
muchos a la puerta de un juzgado , peleando no por veinte euros sino por una
justicia que haga justicia sin llamarte Aguirre , ni descarrilar motos
policiales, que es mejor resistirte siendo elegible que pensionable. País de
muchos sustentos, vaca de cortas leches, que empalmas a los labriegos , en
embustes y deleites. Se nos ha fugado un preso, porque corría como Bárcenas
diserta, que porque no tiene lápiz , ni papel,
que si no acribilla a lo que tire, que dispara a fuego fatuo y se
escancia en los plasmas, vodeviles. Ya tenemos pandereta, ya vamos por las
plazuelas, que nos queda año de penitencia, de ver carteles colgando, de
presupuestos que darían para socorrer a muchos y de millonadas que ni el de
Jerez con su madre. Ya no nos acordamos, porque bailamos y cantamos al son de
quien nos mande, cretinos que escanciamos la vida a buches llenos, a locos
caprichos para tanto tieso, para tanto querer hacer, no haciendo. Bocas
enchancletadas y pintadas, enmascaradas con verborrea, decidme dónde estoy y
quién es mi dueño.
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