Si en “Adán y Eva” se
llaman cultos sin saber lo que es el Manzanares, no es de extrañar que un
truhán se haga pasar por señor, ostentando algunas fotos cual “Mocito feliz”. El
“Mocito” se pega a todo famoso pelín encaspado , que se le pone a tiro y en
cambio el pequeño zar, tiraba a altos vuelos, a cargos políticos y casa real,
para encumbrar a empresarios que beneficiarse. No es de extrañar que en un país
que en vez de pelusas bajo las camas encontramos eres y gurteles, tarjetas
opacas y pujoles, nos salga un niño pijo con sonrisa de profeta. En Usa se
hubiera liado a tiros en un instituto matándolo la DEA, pero aquí que comimos
caracoles con Sancho Panza y nunca disfrutamos de los trigales de Don Quijote, nos
va la capa baja y la foto relamida. No inculcamos a los niños el esfuerzo más
que en poner afilada la lengua, untando. Porque untar , untamos, damos
palmaditas y cabeceamos, para que prospere la familia, para que el niño o la
niña se esmere y saque la máxima , poniendo el mínimo, que como sabrán es el
lema del liberalismo. Liberales de la constitución del doce que como decía un
pepero fugado , tenían muy poco de liberales y mucho de católicos
recalcitrantes y esclavistas, eso sí con grandes ideales que sembraron en
papeles y luego los que los sucedieron , en lomos de piedra. Son ciudades
estancadas en el barro y aún así publicitadas como las más prósperas. Son arcas
desvalijadas a manos llenas, tarjetas sacadas de sudor de viejo y lágrimas de
abuela y aún así con la cabeza bien alta y el paso firme, que alabamos que
Leticia recicle en algunos actos la ropa de diseñador , cuando hay colas de
ignominia para darle de comer a niños en los colegio públicos, de gorra.
Estafas que van de menor a mayor , en un país en que se debe hasta de callar la
boca , en el que estamos tan hartos que ya no vomitamos , sino que tragamos
como la oca del foie gras , para que nos roben el hígado y se lo coman, en una
sociedad en la que todo vale y la mentira suma más que el trabajo, la verdad o
la honestidad. No hay que sacar leyes anticorrupción , hay que educar a la
gente, a los padres , a los hijos y al espíritu que nos rige , porque no basta
decir que las leyes culpan a los robagallinas con el cartel de “la Razón” atrás
y delante los jerifaltes. Hay que decir bien alto que quien roba es un ladrón y
quien estafa , un estafador y tenerles asco a los que hayan dejado a los
ancianos sin pensiones, a los enfermos sin sanidad y a los parados , sin
trabajo. Hay que tenerle asco a ellos ,
que nos han dado tan poco y nos han quitado tanto, de dignidad, de sueños y de
esperanza.
El problema es que ya no nos cabe el asco dentro.
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