viernes, 24 de octubre de 2014

EL PEQUEÑO NICOLÁS


Si en “Adán y Eva” se llaman cultos sin saber lo que es el Manzanares, no es de extrañar que un truhán se haga pasar por señor, ostentando algunas fotos cual “Mocito feliz”. El “Mocito” se pega a todo famoso pelín encaspado , que se le pone a tiro y en cambio el pequeño zar, tiraba a altos vuelos, a cargos políticos y casa real, para encumbrar a empresarios que beneficiarse. No es de extrañar que en un país que en vez de pelusas bajo las camas encontramos eres y gurteles, tarjetas opacas y pujoles, nos salga un niño pijo con sonrisa de profeta. En Usa se hubiera liado a tiros en un instituto matándolo la DEA, pero aquí que comimos caracoles con Sancho Panza y nunca disfrutamos de los trigales de Don Quijote, nos va la capa baja y la foto relamida. No inculcamos a los niños el esfuerzo más que en poner afilada la lengua, untando. Porque untar , untamos, damos palmaditas y cabeceamos, para que prospere la familia, para que el niño o la niña se esmere y saque la máxima , poniendo el mínimo, que como sabrán es el lema del liberalismo. Liberales de la constitución del doce que como decía un pepero fugado , tenían muy poco de liberales y mucho de católicos recalcitrantes y esclavistas, eso sí con grandes ideales que sembraron en papeles y luego los que los sucedieron , en lomos de piedra. Son ciudades estancadas en el barro y aún así publicitadas como las más prósperas. Son arcas desvalijadas a manos llenas, tarjetas sacadas de sudor de viejo y lágrimas de abuela y aún así con la cabeza bien alta y el paso firme, que alabamos que Leticia recicle en algunos actos la ropa de diseñador , cuando hay colas de ignominia para darle de comer a niños en los colegio públicos, de gorra. Estafas que van de menor a mayor , en un país en que se debe hasta de callar la boca , en el que estamos tan hartos que ya no vomitamos , sino que tragamos como la oca del foie gras , para que nos roben el hígado y se lo coman, en una sociedad en la que todo vale y la mentira suma más que el trabajo, la verdad o la honestidad. No hay que sacar leyes anticorrupción , hay que educar a la gente, a los padres , a los hijos y al espíritu que nos rige , porque no basta decir que las leyes culpan a los robagallinas con el cartel de “la Razón” atrás y delante los jerifaltes. Hay que decir bien alto que quien roba es un ladrón y quien estafa , un estafador y tenerles asco a los que hayan dejado a los ancianos sin pensiones, a los enfermos sin sanidad y a los parados , sin trabajo. Hay que tenerle asco a  ellos , que nos han dado tan poco y nos han quitado tanto, de dignidad, de sueños y de esperanza.

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