viernes, 19 de septiembre de 2014

OVARIADA


Las pedradas del toro de la Vega no son nada para lo que le cayó encima a Elegido , que se vio acosado, tronchado y saeteado, como vulgar mártir precolombino.                                       Las que mueren en las plazas de los pueblos, en las inmediaciones de sus casas y en los interiores domésticos, sienten también la maza de no saber , por dónde les ha venido la pedrada.  Nos pasa a todos cada día  y nos mutamos, nos transformamos, en cosas vociferantes e indignadas que claman por sus derechos, por sus preferentes o por sus penurias, mientras que nadie nos oye porque recitamos arameo, en el desierto.                                                                   
Hay una teoría psicológica, que explica por qué a los jóvenes les gusta tanto jugar a la consola y va no de imaginación o creatividad , sino de escapismo virtual.                          No es mal modo de pasar una vida, no se crean , porque si te inunda la tristeza juliana de Contreras , lo más que puedes hacer es subirte al Sálvame de Luxe y soltar lágrimas contadas y recoger los cuartos menguantes, a la despedida.                                                        
  Es lástima que los del vulgo modo no podamos, que nos vendría bien un suplemento , cuando nos acortan tanto las productividades, nos rasuran los trienios y nos roban descaradamente , las extraordinarias. Son malos tiempos para la realidad, para la bonanza, para los plebiscitos y la desobediencia civil, que las fuerzas esforzadas del orden, andan poniendo a cada uno en su sitio, trasladando manifestantes sin autorización , a donde no molesten , ni se les vea romper una lanza por un astado y haciendo cruces en una valla , que nació para separar coyunturas óseas.                                                         
 No sería malo invadir espacio vital de un video juego y creernos héroes de pacotilla invencibles en su idiotez, de pasar horas quemando pestañas, saliéndose la pupila en un desliz planetario, porque solo somos eso, mecanismos de irrealidades galopantes.                                                                                
  Muchos lo hacemos, nos evadimos y cogemos páginas como millas y las parrafeamos y nos cosemos a ellas el pellejo, que lo tenemos encallado y viejo y nos sucumbe por los pecios. La realidad nos invade, nos acosa y nos saetea , como a Elegido y se nos clava en mitad de la costillada y nos hacemos carne de cañón, huesos de puchero, panceta ahumada y carrillada ibérica , que para eso somos toros , con denominación de origen.          
 No hemos nacido para vivir agonía, sino para disfrutar y no penar por este valle de julianadas , que no hay nada como ser niño rico y pamplinoqui , para no entender las miserias de comerte un bocadillo a dos velas , mientras te pasas las manos por los fondillos de los pantalones huecos. Sálvame no es más que una paradoja temporal , un eufemismo mítico que Pedro Sánchez ha entendido y penado por los tuiteres mañaneros y tardíos, eslabón de una cadena mortal que nos ahoga y esteriliza,  las poca neuronas que nos hacen el paseíllo torero,  al mecernos en el vientre del albero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario