En un barranco de Ojén, fue encontrado un
hombre asesinado, rajado de pecho a sexo, en vertical y sesgado. Una pareja que
paseaba lo descubrió y vivió el peor día de su vida , porque esa imagen de
novela negra se les pegó a las retinas y no podrán –jamás -bórrasela. No tuvo
mucho que dilucidare la pareja de civiles , a los que llamaron, para entender
que era muerte violenta y llamar a los de la Judicial, cuando vieron la bolsa
de plástico que cubría su cabeza, la desnudez de su cuerpo y el rictus mortal
que palpitaba en su cara. La mujer paseante, en mitad de la noche, despertará a
su pareja para confesarle…” ¿viste la barriga cosida con hilo de pescar?” y él
asentirá con la luz delatora del techo apuntándole la coronilla, seguro de que
nunca verá más un capítulo de the walking dead. Las niñas secuestradas en
Nigeria también están pasando su particular tormento, adobado de mentiras y
violaciones profundas que sesgan almas. Les cortan el vientre por la mitad , desde
el sexo hasta el pecho, porque ya no son otra cosa que objetos , que un psicópata
, con bronceado africano, deshumaniza
para hacer con ellas lo que quiera. Pieza de un gran ajedrez que las grandes
potencias no miraban , porque el ojo estaba puesto en otra parte , quizás Ucrania
y sus maniobras orquestales. Hace más de tres semanas que las niñas fueron
secuestradas y a nadie le ha importado, como hace más de cuatro años que al
infeliz de la mula, que transportaba nueces de cocaína, le rebanaron la barriga
de un tajo y se la cosieron con hilo de pescar, tamaña conmiseración , para
alguien que mata por dinero. Tamaña consideración , la de buscarse esclavas de
menos de quince años, para satisfacer sus instintos más básicos, guerreros de
la barbarie, defendiendo a ultranza una fe , que vilipendian con la brutalidad
de sus actos. Las madres lloran e imploran y los gobiernos callan o se reúnen,
mientras la niñas agonizan, son torturadas y vendidas, al mejor postor. Niñas
africanas que perseveran en la vida, que serán madres jóvenes, si tienen suerte
de sobrevivir al caos, a las enfermedades y a las múltiples vejaciones y tormentos,
solo por el delito de haber ido al colegio. Pero en verdad, son baladronadas de
una cabeza que tiene bala asignada, en cuanto le pongan precio en un despacho
oficial, mentiras en el país más rico de África y el más sangriento, con la
gente más oprimida y el gobierno más corrupto. ¿Y a nosotros qué?, seguimos viendo
las noticias, porque queremos creer que está lejos y que no nos incumbe y ellas
se manifiestan y sucumben a la imponencia de estar rajadas, desde el pecho
hasta las ingles y vueltas a coser, cadáveres ambulantes sin hijas, vejadas , torturadas
y muertas en vida o enterradas, vendidas –como muñecas vivas , a 8 euros- en un
miserable burdel.
¿Nos pilla lejos, dices? Ahí cerca tienes al cura ese que le parece tan moral que el marido se emborrache y le de una paliza a la mujer. Las iglesias adolecen del mismo mal: son del macho y para el macho aunque la clientela sea mujer. Ele, qué alegría.
ResponderEliminar