Bolinaga morirá en su
casa, arrestado, repudiado socialmente y dopado. Sinceramente, me importa lo
mismo que a los parados que les preguntaron el otro día por las elecciones
europeas y que con la mirada desafiante, respondieron a los entrevistadores,
contestándoles que a ellos los que le importaba de verdad, era tener trabajo.
Tener trabajo se ha convertido en un elefante blanco, en una caza imposible o
un sueño difícil de alcanzar, como descubrir porqué Tejero dejó caer ese nombre
en las diligencias previas , que sucedieron mes y medio después, del golpe de
estado.
Pilar urbano ha dado en el blanco, con su libro. Bien por ella, que
cuesta la misma vida que lean, y ahora lo harán, sin que tenga que contar cómo
enganchó a un torero , ni el ardor sexual que ponía éste en la postura de la
lechuga , sino su realidad versionada de unos hechos que no vio , sino que le
dispensaron con formato NODO , enlatado y en blanco y negro. No
la critico, vio la oportunidad y no le da rubor, el qué dirán , que ya dicen mucho, sino el saber
hacia dónde va y cómo quiere conseguirlo. Los
africanos deberían aprender de ella y dejar alma encadenada a la valla y no
andrajosa carne arrancada, desgajada y vencida , como los exvotos que ofrecen
en las capillas de devoción fidedigna , los fieles a sus santos, colgándoselos
con lazos , alusivos a la ofrenda concedida. Ahora tienen pasaporte de entra y
sale, como polvo rápido , de noche de fin de semana , que más vale entrar por
aeropuerto , sin papeles, que dejar tus piernas y manos, en concertinas
tatuadas.
Ofrendas en formas de millones evadidos, de pisos o áticos, de
comisiones fortuitas, tenemos por visión diaria, sin milagros, sino como
divisas perdidas, manos del fisco poco atrapadoras ,porque se disuelven en el
aire y después pasan años de investigación , requerimientos y abogados con
trajes de Armani , que pelotean como locos, letras de cambio jurídico, para no
devolver lo blanqueado y que su cliente quede libre , de polvo y paja. Y es que la historia se nos escarcha en las
manos, como la espada flamígera y se nos olvidan los hechos y escapamos como de
un atropello, arrancando a toda velocidad y haciéndonos los locos , cuando
vienen a casa a buscarnos. Mientras , “el armario de la tele” venda más por
vestir a gente que enloda su poca reputación por cuartos de euro, diciendo
sandeces, que las pobres tiendas de barrio que patrocinan la esperanza de
parados , que no se abandonan a su suerte perra.
Poco nos queda que decir, más que fiscalía haga justicia , a los que los
argentinos toman en derechos, que vergüenza nos debería dar que los de fuera
tengan que sacar trapos sucios , de los de aquí dentro. Que no es la historia
baladí, ni hay que lavarla con lejía para olvidar, la sangre , las abrasiones y
los engaños, hay que sacarla a relucir que ya somos mayores y nuestra
democracia no se resiente por mucho que algunos bocones quieran y anden en
pulpitos , desahuciándola.
Los elefantes blancos fagocitan mentiras, pandean culos enormes que
arrastran todo, que envuelven suciedades y ruinas que no salen , porque se
esconden y engrandecen, como las cuentas en suiza y los paraísos fiscales .
Caerán , como las hojas en otoño, manadas enteras y no habrá Tarzán que
se precie de saber dónde están varados , porque lo mismo es la senda que lleva
a Macondo donde está ese cementerio de los elefantes blancos, y como el barco
perdido en la arena anclado, se ha quedado mitad en la fantasía fértil de un
golpista y mitad en la memoria esquilmada y violada, de la ruindad de los
viejos .
Sinceramente, a estas alturas de la pelicula, no estoy por la labor de darle de comer (caviar) a esta señora.
ResponderEliminarPilar, amiga, el caviar produce musculación, por ello, lo mismo es bueno invitarla a caviar y así se nos convierte en Hulka y puede ir arriando hostias y ya no verbales jajajajjajja .Un placer, tu compañía.
ResponderEliminarNo me interrumpáis que estoy enfrascada en la lectura del libro de marras. Como son 900 páginas (en formato digital) tengo para rato así que me lo llevaré de vacaciones a Cádiz. Jeje.
ResponderEliminarSaludos.
Qué grande eres, amiga jajajajajajjaja
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