Vienen buenos tiempos
para asfixiarnos y no ver la luz , porque tendremos los ojos cerrados y la boca
deshecha. Las alergias se disparan con la esperada primavera y el paro acecha y
los años pasan y los hijos se nos van y el trabajo escasea. Los ojos nos
lloran por ver cómo los políticos medran, cómo se suben a las parras que
cultivamos y se nos comen las pocas ganancias . Ya se nos fue el carnaval y
andamos de nuevo con la careta puesta, la borrachera permanente de no querer
saber y la resaca auto impuesta. Nos enfadamos , por no tirar la toalla, porque
es duro estar y más aún aguantar con los dientes apretados , la barbilla
levantada y la mirada quieta. No es juego psicológico , es una putada, que te
echen en cara lo poco que les cuesta a algunos situarse y salir bien en la
foto, lo poco que les cuesta envilecerse y caer rodando, con millones a cuestas y sin que los tribunales
les abollen , el traje de los espejos. Espejos que filtran la realidad que no
existe , que no es más que de flases agradecidos, de periodistas complacientes
y de crónicas anunciadas, donde solo el desgraciado cumple condena y el ama de
casa es explotada , no porque no tenga
idea como antaño, sino porque ahora se la explota según la nueva reforma
laboral , a conciencia. No podremos abortar y pariremos hijos a destajo , que
no cuidará la sanidad pública, ni la privada , porque no tendremos dinero para
abonar el seguro de una compañía que hará rico a algún estómago agradecido, a
alguna sigla política, en la que habrá mamado , lo que no hay lactante que se
precie. Llegará la primavera y se nos hincharán aún más las narices, se nos
verá la mala baba y la dentadura podrida , porque estamos hartos ya de aguantar
tanto timorato , que no paga sus deudas de sangre, que le da todo igual con
alcanzar su rayo de gloria , en la páginas de una portada , que le dan solo por
su linda cara. No vale la pena pelear y aún así, con la partida perdida de
antemano, aguantamos la soga que se ciñe a nuestro cuello y que nos quiere
estrangular , porque somos hijos de María que aguantó lo que pudo , hasta que
no aguantó nada y tiró por la calle de en medio. Lo mismo un día nos pasa igual
y dejamos de protestar en corrillo y dejamos de esconder la cabeza y enseñar
las nalgas , para que nos las palmeen y damos la cara, balanceamos el cuerpo y
cortamos lo que nos aprisiona y echamos vergüenza torera que ya nos vale, que
se nos echa la arena del reloj en la cara y nos ciega . Gaditanos de quita y
pon, carne que pasea muerta, en censos bautismales troquelada , para allanar el
camino , en la tierra.
Ser buen ciudadano se ha convertido en poner el culo, y luego encima ir a votar para poder seguir poniendo el culo...
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