Tardé mucho tiempo en decidirme a ir a verla, supongo que porque el cuerpo no me lo pedía. Es importante lo que la mente dé de sí para entrar de lleno , pero en mi caso, el cuerpo siempre ha tenido algo que decir en lo que se refería a él mismo, así que le escuché y no se quejaba , ni gruñía, cuando iba subiendo en el ascensor, presta a la cita. No era la primera que había en mi vida, que ya de jovencita lo hice , solo sin profesionales. Tampoco la primera en mucho tiempo, que probé antes y me fue de pena, porque la que ejercía el dominio era esquiva y aséptica y me dejó , en manos de otra , que tampoco supo hacer su trabajo de fustigarme, a conciencia, el alma. En cambio, cuando mi amiga me dijo cómo era ésta, me atrajo, porque parecía lo que llevaba tanto tiempo buscando, solo que no podía creerme que hubiera sido tan fácil encontrarlo. Fui a la cita concertada por wuasap y me la encontré altiva y resfriada, también yo lo estaba , a moco tendido, así que no le dio mucha importancia a ello y siguió con lo que habíamos acordado, metiéndose en faena. No sabía si me desnudaría o en esta primera ocasión , solo le daría a las pesas, como finalmente hizo, dándome un zarpazo en el alma, a modo de comentario agresivo, que me dejó helada y con la conciencia en ascuas. Desde aquel día ando tras ella, rastreándola por los wuasap, preguntándole cosas que nos incumben, sobre todo a mí, que me va la vida en ello y que me son contestadas por lacónicas afirmaciones o negativas, que me enrabian más las ganas y me fijan , en mi determinación, de partirme el cuerpo con ella. Así estamos , desde entonces, liadas en grado absoluto, en una lucha de dominación de mentes que recogen cuerpos, en la que ella dirige y yo me resisto , porque es mi sino, el resistirme , que soy de grasas fáciles y obstinada a no perderlas . Si me pongo a pensar, es lo mismo que en la facultad o con la esquiva , que no me hizo ni caso y hasta una analítica me pidió, antes de echarme un vistazo, pero también es diferente, porque hay contacto humano, hay morbo y hay determinación, al menos momentánea, que ya saben que cojeo con entusiasmo, pero me pierden la diferencia y lo diferente, a cada rato. Hasta mi pareja está siguiendo las pautas marcadas por ella, entrando en el juego, porque hemos visto la luz y queremos que empiecen a hablar el cambium y la albura , de nuestros cuerpos. Es ésta , en el fondo, una historia de masoqueo, de dejarte hacer en tu cuerpo, lo que otro quiere , porque te manda y tú obedeces y encima piensas que es por voluntad tuya y para más inri , por tu bien.
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