No falta mucho para que
algún político se dé cuenta de que en Cádiz es normal que haya paro, porque
tenemos los Carnavales. Eso y el buen clima, que la playa es lo que tiene ,
mucho tirón y mucha sombrilla, coloreando
la estampa. Estampita de la virgen
del Rocío y de Santa teresa de Jesús, hacedoras de milagros, que no de quitar
la crisis, sino de hacer que los empresarios no tengan suficiente dinero para
taparse las ganas. El
clima es lo que tiene , que personaliza y la gente es muy mala y le da por
hablar mal y criticar a quien lo pone en evidencia, que fíjense ustedes lo que
ha dado para vender páginas , el pobre zumbido y ahora toca que llegue el
verano y los empleos de pega se disparen, para empezar a contar parados de menos
y votos de más.
Mientras , el PP se desgana, porque Ortega Lara ha encontrado el sitio
idóneo, clima ideal, porque las víctimas son dolidas y tienen que serlo y se
sienten como poco, manipuladas. Pero lo somos todos, es nuestro clímax ambiental,
de regocijos de alcoba, sentirnos manipulados por mecánicos tramoyistas, que , para
eso, como borregos pacíficos hemos llevado a las urnas, a quien nos ha dado la
gana, para que nos quemen , con el calor de ellas. No es paradoja mortal que la
marea blanca platee las calles, lo es que ganen por ovarios y testosterona, lo
que políticos quisieron vilipendiar de todos, a ellos qué, porque después de la
deflagración, se van a grandes compañías y a cantar glorias a María. Lo del
clima, no sé si lo sabrán ustedes , es una putada, porque la ecuación no falla,
si tenemos bien clima, el paro nos asomla, que es lo mismo en regla de tres ,
es que los africanos se mueren de hambre , porque el sol quema y los noruegos
llevan la vida padre , porque se les hielan los filos de las pestañas. Y
nosotros , gaditas de generaciones venideras, perseguidores de colas del Falla ,
para revender una mísera entrada, estamos siempre compuestos para el facebook,
jodidos hasta la médula, tosiendo ante el teclado y escribiendo para que nadie
nos lea, patéticos, patos escalfados , sin carga de trabajo , de buques dormitorios
que nos asistan. Pero eso sí , riéndonos a mandíbulas batientes, que para eso
hemos nacido en lo mejorcito de la Bahía. Tan harta estoy , que voy a comprar hielo
a toneladas y pintar con él , calles y fachadas, jorobar tejados y humedales y
comenzar el cambio climático, que pena dar, tener tan buena gente y que no
levantemos el apio, ni por Carnavales. Más nos valdría ser suecos y reducir
caderas y ceñir el gesto y no saber ni un chiste, ni entonar un cuplé, panolis
de quita y pon, rompedores de siestas prohibidas, levantándonos a las cinco y trabajando
hasta las seis, que esto del paro mata lentamente , como el azúcar , aunque no
nos demos cuenta.
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