viernes, 10 de enero de 2014

HUESOS DE PUCHERO


Dentro de nada sonarán ecos de Carnaval y nos reiremos, porque los gaditanos de buena madre se ríen con casi todo, aunque tenga las encías hechas piedra. Somos piedra, vayan ustedes a saber, quizás porque nos dejan en huesos pelados y aún feniciamos con el aliento de nuestra hiel. Estas navidades pasadas, las calles se hicieron de pasos y bolsas transitadas, se hicieron arte en la Mina y la Candelaria con los mercadillos  y Julián Delgado compartió local , de senos rotundos y rubias ascéticas, con perchas colgadas de lienzos y casilleros llenos de mucha ilusión. Están estos locos del arte con sus locas variaciones sobre los lienzos y las formas y las estéticas, tan desquiciados como aquellos que nos dedicamos a hablar de bases y legalidades con directores de institutos ,  que tergiversan lo que es la literatura , con las grandes editoriales, para darnos una oportunidad , de sacarnos las pulgas de la testa. Somos etéreos en ocasiones, como aquella en la Candelaria, cuando la Quirós me miró a los ojos y los vi nublados, llenos de arco iris esbeltos en su pintura, tan felina y mística que llena de gozo, con fuego fatuo. La farmacia de la esquina que lleva a la plaza rebullía de enfermos, de siniestrados de la seguridad social, aún metida en carnes en la comunidad andaluza, con viejos pensionistas, que aún cobran en medicamentos. La gente ponía ganas, porque hay mercadeo y tiendas nuevas que suplen los boquetes viejos de esas muelas podridas, savia muerta que siempre fue nuestra pequeña perla marinera. Se ostionea el acento, se hunde el llanto y aún así salimos de la marea, porque varamos, nos sentamos y tomamos lo mejor que nos concede el recoveco de una playa milenaria , que sacó escamas en los huesos encontrados en la Aguada y que sacará marfil del tieso, en los nuestros. Loreto Barragán y el Libi ya calientan motores para los carnavales y ya apuntan con los dedos enhiestos la fe de este pueblo que les comparte, asiste y entona, como lo que son, esencia nuestra. Somos pasos cansados, pasos livianos, la Moreno en el pay pay, desgajándose en versos y Luis Gil haciendo equilibrios para no dolerse, de lo mucho que le duele, este cansino pueblo. Son muchos los que persiguen un sueño, muchos los que se deshacen como huesos , en hirviente caldo de puchero , porque no encuentran la salida al jeroglífico, ni Minotauro que les degüelle  la esperanza caletera, el salir a pasear con el perro defecando en bolsas de los chinos, sentarse en chancletas a la puerta de tu barrio  o poner una minitienda donde crees que podrás encajar un imperio gaditano , al estilo de tus ancestros. Ya se enfilan por la trastienda los días cálidos del invierno, las noches eternas, las deudas de la luz y los zapatos desdentados de los niños. Ya se fue un año más y nos envejecemos un invierno de menos, como la escarcha que sube de las piedras.

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