Dentro de nada sonarán
ecos de Carnaval y nos reiremos, porque los gaditanos de buena madre se ríen
con casi todo, aunque tenga las encías hechas piedra. Somos piedra, vayan
ustedes a saber, quizás porque nos dejan en huesos pelados y aún feniciamos con
el aliento de nuestra hiel. Estas navidades pasadas, las calles se hicieron de
pasos y bolsas transitadas, se hicieron arte en la Mina y la Candelaria con los
mercadillos y Julián Delgado compartió
local , de senos rotundos y rubias ascéticas, con perchas colgadas de lienzos y
casilleros llenos de mucha ilusión. Están estos locos del arte con sus locas
variaciones sobre los lienzos y las formas y las estéticas, tan desquiciados
como aquellos que nos dedicamos a hablar de bases y legalidades con directores
de institutos , que tergiversan lo que
es la literatura , con las grandes editoriales, para darnos una oportunidad , de
sacarnos las pulgas de la testa. Somos etéreos en ocasiones, como aquella en la
Candelaria, cuando la Quirós me miró a los ojos y los vi nublados, llenos de
arco iris esbeltos en su pintura, tan felina y mística que llena de gozo, con
fuego fatuo. La farmacia de la esquina que lleva a la plaza rebullía de
enfermos, de siniestrados de la seguridad social, aún metida en carnes en la comunidad
andaluza, con viejos pensionistas, que aún cobran en medicamentos. La gente
ponía ganas, porque hay mercadeo y tiendas nuevas que suplen los boquetes
viejos de esas muelas podridas, savia muerta que siempre fue nuestra pequeña
perla marinera. Se ostionea el acento, se hunde el llanto y aún así salimos de la
marea, porque varamos, nos sentamos y tomamos lo mejor que nos concede el recoveco
de una playa milenaria , que sacó escamas en los huesos encontrados en la
Aguada y que sacará marfil del tieso, en los nuestros. Loreto Barragán y el
Libi ya calientan motores para los carnavales y ya apuntan con los dedos
enhiestos la fe de este pueblo que les comparte, asiste y entona, como lo que
son, esencia nuestra. Somos pasos cansados, pasos livianos, la Moreno en el pay
pay, desgajándose en versos y Luis Gil haciendo equilibrios para no dolerse, de
lo mucho que le duele, este cansino pueblo. Son muchos los que persiguen un
sueño, muchos los que se deshacen como huesos , en hirviente caldo de puchero ,
porque no encuentran la salida al jeroglífico, ni Minotauro que les
degüelle la esperanza caletera, el salir
a pasear con el perro defecando en bolsas de los chinos, sentarse en chancletas
a la puerta de tu barrio o poner una
minitienda donde crees que podrás encajar un imperio gaditano , al estilo de
tus ancestros. Ya se enfilan por la trastienda los días cálidos del invierno,
las noches eternas, las deudas de la luz y los zapatos desdentados de los
niños. Ya se fue un año más y nos envejecemos un invierno de menos, como la
escarcha que sube de las piedras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario