Hubo quien dijo que
internet sería el infierno y acertó, por lo menos para Blesa y Urdangarín,
quizás también para la Infanta, o no, según se mire , porque con las facturas
cruzadas lo mismo le pasa como con los wordenbra y se le suben las libertades al
alza. Estamos en un cortijo enorme que tiene muchas vallas con concertinas y en
el que a los borregos nos esquilan la lana , porque llegan navidades y hay que
hacerle el trajecillo a los pastores. La televisión nos vuelve locos y rumiamos
todo el día , el pienso que nos tiran desde lejos , para que no apestemos con nuestro olor a
mansedumbre. Si alguien se descarría y se tira al monte, no va Jesucristo a
buscarle , sino que llaman a los vigilantes sin placa y nos empaquetan por
cuatro euros, nos trasportan y nos enlatan, que para eso somos carne de
borrega. Hemos perdido el don del habla y los que aún lo conservan , pronto
dejarán de hacerlo , porque en este país esquilan hasta a los jueces , aunque
ellos al menos se buscan la vida fuera , como los enfermeros y los biólogos y
los ingenieros , que suministran sabiduría , en cómodos plazos , aposentando
ADN, fuera de nuestra tierra .Tierra que no levanta cabeza desde la armada
invencible , que quedó como sorna a su nombre, molidita de palos y de ampollas
llena. Hubo quien dijo que éramos un pueblo grande y yo le creo , para qué si
no , nos harían tantas pruebas , si no fuera para llevarnos el primer premio, que vivir se ha convertido en gran hermano,
con los ojos ahuevados de tanto sorprendernos, sin boca , ni manos , para
taparnos las incongruencias, sin ganas ya ni de vestirnos de fiesta , que hasta
las burbujas parecen despintadas y feas y la lotería da miedo que te toque , por
si te persigue Hacienda. Se ha politizado a las instituciones que eran de todos
y nos hemos hecho de uno y otro lado, no sabiendo bien a qué juego estamos
jugando, cuando lo que nos jugamos no es sino el dinero de todos. No se nos
hace la boca manteca de cacao , ni de polvorones, ni de higadillos fritos, se nos hace caridades y apagones de luz , en
casas urbanas , mientras las calles echan humo , para que consumamos lo que no
tenemos. La gente se clava en una estaca y se pone firme y las princesas de Halloween , alternan con
los papas Noeles, porque se recicla hasta la buena voluntad, con marchas a pie
juntillas de los africanos hacia Melilla. Sentadillas nos vamos a meter , de lo
cansados que vamos, cansados de ser nosotros en blanco y negro, de no ser
ellos, en colores vivos , en las portada del Hola , con indultos de quita y pon
y las familias esquilmadas , muertas por intoxicación de pobreza, de aguantar,
sin que les llegue un suspiro de alivio.
La pregunta que me hago, a solas y cuando te leo (gracias!) es: Si somos más que ellos, si ellos están ahí porque los hemos puesto nosotros, ¿por qué les permitimos tanto desafuero y que, además, nos flagelen?
ResponderEliminarBesos.
Lo peligroso sería responder que tenemos demasiado miedo para hacer algo o incluso que lo mismo nos gusta que nos "zinguen" como , dice mi amiga dominicana, refieriéndose a sus gustos más intensos
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