El problema era que no se veía, porque estar ,
estaba. El hueso de pollo que atravesaba la garganta de la vecina de Écija,
estaba alojado en el esófago y por eso no se veía con un depresor de lengua.
Pero causaba infección , aunque no se viera y la mujer, ya harta de peregrinar
por centros , pidiendo ayuda , acabó por desmayarse en las puertas del hospital
de Osuna , más allá del otro lado, que Datrh Vader. Más que muerto , debería
estar el vecino de Alhaurín que cayó desde un terraplén de treinta metros-a las
cinco de la madrugada- con su coche, quedando enjaulado dentro de él. Desarticulados
estamos –todos-en bandada, paseando con los pies torcidos, azombados, por el
mucho peso que ponen en nuestras conciencias. Vemos llegar a emigrantes y nos
da igual , porque tenemos el hueso de pollo, de la de Écija , hincado en el
esófago como ella, la lengua hinchada y el depresor colgando , para no chillar
de espanto , porque no nos podemos bajar de esta cuneta. Estar
, estamos, pero no vivimos , ni dormimos, sino que presumimos de ojeras , más
violáceas , porque se acerca Halloween y adelgazamos voluntades , para hacer
juego con las fantasmadas, que, dada la época , hay colgadas en las tiendas de los
chinos. Deberíamos tirarnos por un terraplén de treinta metros, como el de
Alhaurín y enjaularnos el alma metalizada, el coche que vendemos y el piso que
no pagamos, porque se nos escurren -entre los dedos- como el trabajo, la
familia o las sonrisas bendecidas. Ya nada es importante y todo sobra, todo
resbala, todo se despega, porque el esqueleto queda al aire y se nos ve el
cartílago de los huesos. Pucherito van a hacer con nuestra carcasa reluciente,
cera para velas , van a sacar de nuestras magras y aun así sonreiremos , porque
ya se sabe que la mandíbula decae , pero no ceja en enseñar la dentadura , con
que nació impresa. Puede que estemos infectos , como el hueso de pollo de la de
Écija , puede que estemos al borde del terraplén y hayamos dado un salto,
porque nos pudrimos , aunque no se nos
ve , en esta sociedad que trepa , porque no le queda otra , en busca de un poco
de sol , entre tanta selva sombría. No nos desmayaremos
delante de un hospital , porque no somos inmigrantes sin papeles y lo nuestro es más de peregrinar, que para eso venimos de los Austria, fieles
lacayos para tan volátiles señores, que nos emperifollan cuando hay urnas cerca
y nos empapelan , cuando ya están contados los votos. Deberíamos
levantar cabeza , pero nos pesa porque está hecha de materia perecedera, de
materia oscura , que es la cuna del no existir, existiendo, penando por vivir y
sufriendo , por hacerlo. Deberíamos levantar cabeza, aunque solo fuera por
tanto esfuerzo y por tanto quererlo.
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