DESDE SIRIA CON AMOR
He vuelto y las cosas
no han cambiado, solo he escondido la cabeza en la arena como el avestruz y he
sorbido sal marina, para olvidar que soy humana y a primeros de septiembre , el
calendario , me escupe años en la cara.
Bárcenas
sigue donde se quedó y la Chacón ha emigrado, símbolo inconfundible de que nos
quedamos los que estamos cruzados ,no por los hilos del destino, sino por la edad,
la impotencia o el poco hacer futuro y se van los que pueden, los que valen o
los que esperan mejorar , con la experiencia. El paro ha bajado en 31 precarios
que verán esquilmadas sus nóminas, reducidas o anuladas sus productividades y
pagadas sus horas , por cinco gloriosos euros. La vida sigue siendo maravillosa
, porque siempre podemos tirar de la lotería de Navidad, el cupón de la ONCE y
los sueños, que esos se nos dan muy bien a los españoles que creamos, el
ratoncito Pérez y sobre todo a Don Quijote , del que sé con pocas dudas que va
a ser el santo patrón , al que se encomienden los incautos , para encontrar
trabajo. Los Sirios, en cambio, no tienen la tortilla de patatas para
llevársela a la playa con los niños, porque sus aires están cegados por las
bombas y los gases innobles y hacen camping forzado donde les dejan, perdiendo
a su generación más fructífera, empeñada en sacarse medallas, no en las
olimpiadas de la Botella, sino en el tráfico de niños, la explotación laboral y
la prostitución. La vida es una maravilla cuando se tienen legañas de salitre y
la boca te sabe a besos, cuando tus hijos tienen libros de texto que paga la Junta,
aunque algunos se quejen diciendo que duran cinco años y que están viejos…qué
se lo digan a los de Madrid , que andan en los foros chateando como locos para
trucarlos sin coste. La vida es convidadora cuando tienes techo sobre la cabeza
y no como mi vecino, el okupa , que ha dejado de lado su casita vacua , porque
vienen las lluvias y se ha ido con su móvil ”encontrado”, a la caridad de los
refugios para indigentes. La vida se las trae en Siria, porque ya no hay amor
más que en la casa de quien manda los bombardeos, porque quienes los reciben,
saltan y explotan , sangre y vísceras, entre rocas sin nombre y tierra seca , que
se mete por fosas nasales y asfixia , con fuego y miedo. He vuelto por volver,
porque no me halló sin la palabra, sin su silencio ausente y estático,
cómplices de mis penas y alegrías, pero se lo advierto, rezumo algas , como los
fantasmas de los piratas. He vuelto con ganas, pero cansada de que nada cambie,
de que el país del mago de Hoz nunca salga de pantallas y , en cambio, los
niños sirios sin nombre , mueran cada noche en mi almohada.
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