viernes, 10 de mayo de 2013

EL CLAN DE LOS IDIOTAS


 Para ser integrado en un determinado grupo, necesitas cumplir un patrón, una significación, por la cual eres agregado a ese tipo concreto, o sea, si eres idiota, haces necedades y te comportas como un idiota, porque eres un idiota. Después se complementa, cuando entramos en una desviación estadística…” como hay crisis hay más idiotas sueltos”, o “nos merecemos la crisis por idiotas”. También está la desventaja biológica, hay a quien le viene que ni pintado, porque ya desde chico se tropezaba con las puertas abiertas, al hacerle la peineta al compañero de pupitre, o se reía a deshora, a boca abierta, escupiendo a todo bicho viviente que estuviera a doscientos metros  o contaba chistes para hacer llorar.                                                          Por lesión parece que hay muchos casos de idiotas, aunque es verdá que grandes entendidos dicen que son de generación espontánea, mismamente Aristóteles.                     Y por último están los idiotas por creencias, esos que dicen de las mujeres que son unas feminazis porque defienden sus derechos y no dejan que las insulten, les pellizquen el culo o las maten. El proceso, ya les digo que es complicado, porque muchos de nosotros en estadios esporádicos y erráticos, de amor supremo, de atontamiento por fatiga o de necedad de domingo cervecero de parrillada, nos idiotizamos hasta extremos alarmantes. Pero lo que sí es de perogrullo, es que no hay más que ir, simplemente ir y te los encuentras por cualquier parte, porque bullen como polen en primavera. El desarrollo tampoco lo tengo muy claro, más que por la teoría de filosofía del derecho, en la que el catedrático Carpintero dijo a plena voz algo así , no me hagan mucho caso , como que el sujeto siempre sigue a la substancia, venido a menos que un pintor pinta, un peluquero , peina y una señora de placer, regala dolores , en donde le aprietan los tacones.                                                                                                                                   La clasificación sí que me pone, porque en esto hay mucha metodología popular y ya mi amiga Manuela decía que los pijos pueden serlo de corazón, o sea traducido, pijiyoyas o la tía de Carlos nombrarle como forense, cuando está en un modelo de formación profesional ,o sea , mentira necedaria. Van asociados a trastornos en el comportamiento, porque cuando los enfrentas a la realidad, se evapora su superioridad y jactancia y salen diluidos en el aire, como si fueran vulgares ventosidades. También la cobardía o la petulancia, o ambas asociadas, marcan muy bien los rasgos de la sintomatología. Lo malo es que las nomenclaturas , son como los poemas de Gloria fuertes que se los saben  los niños, todo el mundo los entiende, pero que para mí, tienen mensaje oculto, como las botellas arrojadas al mar y algún día, solo algún día , podremos entender todo su significado y por ello, al llamarles idiotas al que casi nos atropella en el paso de peatones,  al que nos deja en la primera cita plantados o al que nos pone la música a todo volumen , cuando sabe que venimos de hartarnos de trabajar por cuatro euros, se les iguala fácticamente , pero no lo son.

2 comentarios:

  1. Ahora me doy cuenta de que no debría haber leído este post tuyo. Porque ya me veo analizando a cada individuo atontolinao que me encuentre para ver a qué apartado corresponde. Me repatean especialmente esos que "dicen de las mujeres que son unas feminazis porque defienden sus derechos y no dejan que las insulten, les pellizquen el culo o las maten" pero todos tienen su aquél. Como dice otra amiga de este mundo bloggeril: Ay, señor, llévame pronto...

    ResponderEliminar
  2. De eso nada,tú te quedas, para enriquecernos la vida a muchos...gracias, amiga.

    ResponderEliminar