Tengo la imagen de la
ostentación gravada en la conciencia…Estaba en la entrada de una franquicia muy
conocida y salían al aparcamiento las familias con pantallas LCD, enormes,
cargados, como si las regalaran. Sé que es una tontería pensar que después de
eso estalló todo, pero ya entonces me estremecí, pensando, qué pasaría cuando
toda aquella pretendida abundancia, terminara. Ahora nos hablan de más impuestos
sin mencionarlos, de tiendas de ultramarinos de barrio que hacen descuentos,
para que sus clientes de toda la vida puedan subsistir, de comedores escolares gratuitos en verano,
porque los niños si no es en el colegio, no tienen dónde comer y me parece
igual de irreal, que aquella otra imagen de gente saqueando un supermercado,
pero con su propia tarjeta de créditos, mordida, en la boca. En algún lugar del
mundo hay alguien, frente a un ordenador , que ha hecho fortuna de nuestra
estulticia, que se jacta de haberlo hecho, porque habremos nacido, como los
antiguos esclavos, para poner piedras sin rebelarnos, a fin de construir una
pirámide faraónica, que nos sucederá en un tierra inhóspita y arenosa. Hace
décadas que Delibes escribió “Un mundo que agoniza “y seguimos , no ya
destruyendo este planeta, que en películas , salvamos una y otra vez de
catástrofes, sino que encima ahora pretendemos colonizar nuevas fronteras , como en Star Trek , pero sin normas , ni reglas
establecidas. Hace tiempo les hubiera dicho que tenía esperanzas, que el futuro
me parecía prometedor, pero incluso entonces les hubiera engañado, porque desde
que nacimos en este planeta, desde que evolucionamos, nada más que ha sido un
camino para ver emitido desde Marte , una versión virtualista, de “Gran Hermano”. Hemos llegado a las
mayores cuotas de idiotez y estamos a punto de graduarnos, matamos por lo más
nimio y nos parece idiota el que trabaja para prosperar, el que se esfuerza o
el que hace algo , por lo que no le compensan , en alguna medida. La niña postrada
que sobrevivió gracias el clan , en Atapuerca, ha sido desmembrada y muerta,
como aquella otra, india , que con solo cinco años, ha tenido que ver su útero reestructurado,
porque un animal adulto la ha forzado y no solo de voluntad , para satisfacer
sus instintos más primarios. Puede que colonicemos Marte, puede que sea cuando
este mundo esté boqueando su último suspiro ,de libertad e inteligencia, pero
lo más cierto será que llevaremos la plaga con nosotros a cualquier otro
planeta, nuestras cámaras , voraces de intimidad ajena, nuestro apetitos
insaciables, nuestra voluntad viciada y nuestra perpetua guerra. Nunca será nuestra
paz, ni nuestro amor, que se quedarán en las palabras de los sabios y los
leprosos de pensamiento, apartados como escoria, vilipendiados y presos,
fagocitados por la masa dominante, por la especie elegida para perpetuarse como
sea, con la tarjeta de crédito y la avaricia, prendidas del traje de
astronauta, con el diploma de trepadores, grapado en la pared del módulo,
salva- vidas.
Lo más sorprendente, lo más trágico pero también lo más maravilloso, quizá lo único esperanzador es que junto a la realidad que describes coexiste otra, igual de real, compuesta por seres que viven para ayudar a los demás, para empujar a que esto progrese, para que personas que no pueden valerse por sí mismas tengan un poco de vida cálida.
ResponderEliminarSon reales pero silenciosos.
Saludos.