La vida está llena de
desengaños, de putadas que nos van haciendo y que procuramos no devolver, más
que nada porque el infierno está en la tierra. Nadamos
entre mares de inclemencias y los telediarios nos acechan, nos cortan la
digestión y nos dan pesadillas, porque cuando capeamos la tempestad, se nos agujerea la cubierta. No hay familia española que
no lo esté pasando mal, salvo las de los corruptos y los políticos, porque seis
millones de almas en paro nos sacan los colores a todos y no hay empresario tan
chulo que pueda vivir sin consumidores que le avalen. Ha caído lo afín a la
corona, la élite empresarial, políticos de todos los colores, chinos ilustres y
hasta algún magistrado, podridos avales de nuestra sociedad, que se está
quedando canina y seca, perra vieja que ladea la boca y eructa aquí y luego se
mece contenta , al ritmo que le toquen en Bruselas.
No sabemos quien sacó de la chistera lo de que había que rescatar a los
bancos, pero quien parió la idea, nos jodió a todos, nos cambió en el mapa y
nos trastabilló hasta el limbo de ahogarnos el IVA, no llegar a fin de mes y
hacer que un austero impertérrito, diga que tiene que prorrogar indefinidamente
las ayudas a los parados, porque si no se le hunde el Estado.
Hay solo una cosa que algunos penitentes aún llevamos a gala y es la
honorabilidad, el comer de nuestro trabajo y esfuerzo y hasta eso nos lo
quieren robar, porque vemos encabritados los coches que tiene la corona, que pagamos
con nuestros impuestos y nos creemos idiotas, vemos los sueldos que se ponen
algunos alcaldes, que pagamos con nuestros impuestos y nos sabemos idiotas por
votarlos, vemos los múltiples sueldos que tienen algunas presidentas de comunidad que nos
hablan de austeridad con la boca pintada con Louis Bouton y sabemos que nos
tienen por lelos e idiotas y por último vemos lo fácil que salen los políticos de
un empleo público y encuentran un patrocinador privado, y se nos revuelven las
tripas, porque nosotros mismos o nuestros allegados se pasan las horas muertas
en las colas del paro y solo reciben palabras, que no esperanzas ,ni viabilidad
de empleo. Miramos
y remiramos y solo vemos heces y fango y lo más infame que es nuestra parcela de
gente que cuida no ya el euro, sino el céntimo de euro, que se pelea con los
niños para que apaguen la luz o para que ni siquiera la enciendan, que se
deshoja los gastos a la subsistencia más vil, para que no los desahucien, o que
debe ir a pedir comida al banco de alimentos, para no desmayarse por las calles,
y se nos hace cada vez más cuesta arriba , con tanto caradura que nos estafa
con sus privilegios. Se está barriendo a
la clase media, se está excluyendo de un futuro a mucha gente que trabajaba y
que ahora malvive y que no podrá salir del bache cuando este Tsunami creado por
la mala gestión de unos pocos con nombres y apellidos, pase y la economía se
estabilice por si sola y los corruptos, los defraudadores, los banqueros, los
empresarios fiascos y muchos otros , que ya ustedes saben , digan que fue
gracias a ellos, que estarán ahí como si tal cosa, riéndose en nuestras
narices, con sus paraísos fiscales, con sus cuentas en Suiza, con sus cargos en
Bruselas, con sus coches oficiales, con sus puestos de asesores, con sus
chaquetas y sus fraudes.
Las grandes superficies harán rebajas de las rebajas, se cargarán a los
pequeños empresarios y cuando ya nadie les compre se irán a otros países para
empezar de nuevo, liquidaremos nuestro patrimonio y alguien será muy rico
gracias nuestro esfuerzo, no nosotros seremos viejos y no tendremos sanidad
pública, ni recetas pagadas, ni médicos de urgencias , ni tampoco nuestros
hijos que emigrarán y no volverán porque no merecerá la pena volver a donde no
se les perdió nada, sin sanidad pública, sin enseñanzas, más que concertadas o
privadas, sin empleo, ni germen empresarial.
No soy capaz de contradecirte y eso, es tremendamente triste.
ResponderEliminarUn saludo