viernes, 16 de noviembre de 2012

SUENA EL TIMBRE DE LA PUERTA


Hay demasiada gente, en esta España de marca blanca, que le asusta que suene el timbre de su puerta. Cristina Fallarás ha sido la última en decirlo bien claro, porque la desahucian, pero antes que ella hubo muchos otros que salieron de sus casas, zamarreados por la policía, acuciados por una deuda bancaria o porque les habían dejado en la calle, con un despido de tres al cuarto.                                                                        Lo cierto es que nos están desahuciando a todos, incluso a usted, que aún lee el periódico con la ilusión de pensar que no le tocará mañana o yo misma, que escribo con la esperanza de que alguien detenga esto y no tengan más inocentes, que vagar sin rumbo , como los caminantes de walking dead.                                                                                   Vemos los telediarios sin querer darnos cuenta de que ha llegado el final y todos somos carne de cañón, que se calientan las ollas para echarnos en ellas , porque no somos más que eso, buenas ganancias, que echarse alguien al gaznate. Reyes, una madre que comparte tutora de primero conmigo, dice que ella no hizo la huelga porque los niños le daban la perra en casa y que donde debían estar era en el colegio y ese mismo argumento de comodidad, de egoísmo o incluso de miedo, no supieron rebajarlo los piquetes, instaurando ellos ese mismo miedo a roturas y destrozos, junto a la falta de explicaciones, a aquel que quería ejercer su soberano derecho a no unirse a tanta desgracia. Al final estamos en el mismo barco, todos , menos ellos, esos que salen en los noticiarios y que después de pasar por cargos, tienen más cargos y se van a Luxemburgo y siguen medrando ,mientras que nosotros nos agarramos nuestras propias manos vacías al cuello , porque nos han dejado el solar patrio derrotado y vencido y no tenemos nada que echarnos a la boca. Usted que tiene su exigua pensión o usted que aún tiene empresa que le pague lo que le trabaja o usted que cree que esto va a ir a mejor , porque usted así lo siente, cuando puede pagar las facturas a fin de mes, sepa que estamos en guerra, no de disparos , ni de bombas, sino guerra de caminantes, de gente que pasa a su lado y que no tiene a dónde ir, porque no encuentra trabajo, gente que vive precariamente con lo que le dan en bancos de alimentos y Cáritas ,con ropa regalada y sin poder pagar la luz, ni los libros de los niños, gente, que da tumbos sin que los veamos , porque es más esperanzador y da muchísimo menos miedo , pensar que podrán con todo y que la ola no les pasará por encima , derribándolos y haciéndolos naufragar. Pero ..¿saben qué ? , que no es cierto,  porque ya hemos naufragado todos, ya nos han cortado el trabajo, nos han subido el IVA, tenemos menos dinero para gastar y cada vez más miedo de hacerlo , porque todos tememos que suene el timbre de la puerta y nos venga a echar de lo que pensamos que sería nuestra vida, de lo que pensamos que sería el futuro, para mostrarnos los desechos del estado de bienestar, fagocitado y arruinado, con nuestra sanidad por los suelos y la privatización de colegios y de medicinas, en marcha, de enfermos y enseñantes, para mayor gloria de quienes sacan dinero de la desgracia de los demás. Porque siempre hay quien gana, pero no seremos nosotros, no usted que lee prensa y que le gusta opinar y ver y saber, no usted que aún aguanta en la cuerda floja y sabe lo precario del sistema, ni yo, que miro a mi alrededor y me asusto cada día más , porque estamos dentro en una casa que se llama España, donde hay menores , una botella de gas abierta y una mechero que se le acerca. Cristina Fallarás lo ha dicho bien claro, solo que pueden no escuchar, pueden quedarse en casa o abrir su negocio y pensar si la gente no tiene ni trabajo,  ni dinero , cómo le puede pagar su mercancía, porque eso solo lo hacen las grandes compañías , que despiden por cuatro duros y contratan o otros esclavos, porque no tienen patria y solo tributan en paraísos fiscales, esas que algunos defienden , porque cuando se retiren irán de consejeros a verlas venir, mientras que los demás las estamos viendo y son amargas y violáceas,  como los cardenales y la sangre coagulada en la boca, después de un porrazo.

4 comentarios:

  1. Es como si hubieras escrito al dictado de muchos miles de personas que sienten en estos momentos exactamente eso, que estamos a la espera de que nos desahucien de la casa, del trabajo, de la sanidad, de la enseñanza, de las pensiones, de la vida que creíamos haber conquistado con nuestro esfuerzo. Nos desahucian por orden de quien está bien protegido en la trinchera construida con los cadáveres de quienes nos han precedido, bien protegida por el anonimato, allá en las alturas de los mercados.
    Maldita sea su estampa.

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  2. No quiero volver a tu casa, no quiero volver a leerte.
    Quisiera poder olvidar cada palabras, porque la verdad cruda duele tanto que después de contemplarla desnuda, es dificil incluso respirar.

    Estamos siendo desahuciados del futuro, con apenas un día en el presente, y al aparecer no nos queda otra que seguir bailando como malditos, hasta que el titiritero corte las cuerdas.

    Pero ¿sabes? de algún modo esto le da valor a cada instante y quizás sea el modo de que despertemos y unos y otros, los que caminan sin destino y los que aún corren a sus vidas asustados de perderlas, nos encontremos y reaccionemos.

    Es un verdarero placer haberte encontado (Gracias Valdomicer)

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